MIAMI.- El expresidente Donald Trump (2017 – 2021) fue el único que dejó atrás la política bélica que han mantenido los gobernantes americanos desde la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945) en defensa del potencial económico de Estados Unidos, aseguró el analista político y presidente de la Asociación Civil Junta Democrática de España, Ruben Gisbert.
Lejos de la creencia popular, que colocaba al exmandatario republicano como un hombre belicista, que podía hacer “estallar al mundo”, Trump se mostró reacio a mantener “las guerras sin fin” en Irak y Afganistán, e iniciar nuevos conflictos bélicos en el mundo.
Gisbert indicó que esta postura del mandatario va en sintonía con su defensa de la Doctrina Monroe, elaborada en 1823 por John Q. Adams y atribuida al expresidente James Monroe, que se resume en la frase “América para los americanos”. Esta doctrina se basa en tres principios fundamentales: no colonización, no intervención y aislamiento.
Trump no inició nuevas guerras
“Este señor (Trump) lo que está haciendo es defender la Doctrina Monroe, que era ‘América para los americanos’, que se acabó cuando llegó Roosevelt y la Segunda Guerra Mundial, donde toda la economía de Norteamérica se dirigió a fabricar Shermans (tanques de guerra), destructores, municiones y acorazadas para hacer flotas para la guerra”, expresó durante el podcast español WORLDCA$T.
Afirmó que el único que rompió con esa política fue Donald Trump. “No sé metió en ninguna guerra, que era lo único que él no quería. Él (Trump) decía para frenar a China tenemos que dejar de pensar que estamos en dos bloques, que vamos a defendernos de la URSS, porque eso nos está llevando a que el gasto de defensa sea el más grande del mundo, pero con mucha diferencia, y ese potencial lo tenemos que invertir en ser competitivos en la empresa (EEUU). Eso es lo que decía Trump, ¿quién puede estar en contra de eso?”, agregó.
El expresidente de despidió de la Casa Blanca en enero de 2021 “especialmente orgulloso” por ser el “primer presidente en décadas que no ha comenzado nuevas guerras”.
Poco después reconoció que esto no le ganó el “amor” del sector militar. “Los soldados lo están («enamorados»), pero los jefes del Pentágono probablemente no porque lo único que quieren hacer es combatir en guerras para que todas esas maravillosas compañías que hacen bombas y aviones y todo lo demás estén contentas”, señaló en ese momento Trump.
La postura antibelicista de Trump quedó confirmada con la retirada casi completa de las tropas estadounidenses en Irak y Afganistán, y el retorno de la mayoría de los soldados que estaban apostados al norte de Siria, una decisión que le ganó la dimisión de su secretario de Defensa, el general James Mattis.
Gasto militar
El expresidente republicano ha sido crítico con el gasto que representan las ofensivas militares para EEUU, que actualmente es el país que más dinero destina a las fuerzas armadas.
En 2022, el gasto militar ascendió a 877.000 millones de dólares, lo que significó un aumento de casi 200.000 millones de dólares con comparación con el gasto ejercido durante en 2021.
“No soy partidario de todo lo que dice Trump ni mucho menos, pero soy partidario de que Estados Unidos no quiera imponer su hegemonía a través de las bombas (…) y que digan a Europa, ‘somos socios económicos, pero a partir de ahora ustedes aporten algo de Defensa para que yo pueda invertir en otras cosas’”, consideró Gisbert.
A su juicio, los únicos que pueden estar en contra de esta postura son quienes “viven directa o indirectamente de ser las prostitutas de lo que hay ahora, que viven de eso”.
“Viven de decir ‘no, no, sin Estados Unidos no. Aquí hablaríamos rusos si no fuera por Estados Unidos, si no fuera por la OTAN veríamos retratos de Putin por todos lados’”, enfatizó.