MANCHESTER — El presidente 45 de Estados Unidos, Donald J. Trump, se convirtió en el primer precandidato presidencial republicano en ganar en contiendas abiertas en Iowa y Nueva Hampshire, desde que ambos estados comenzaron a encabezar el calendario electoral en 1976.
La revancha electoral entre el expresidente Donald Trump y el mandatario Joe Biden en noviembre de este año luce inminente, después de su segunda victoria consecutiva en las primarias republicanas de New Hampshire contra su único rival: la exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley.
Incluso el actual inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, de 81 años, aceptó que «ahora está claro que Donald Trump será el candidato republicano». Su campaña incluso comenzó a vender productos para una revancha, incluida una camiseta con el lema: «Juntos venceremos a Trump. Otra vez».
«Creo que esta es una carrera entre Trump y Biden», señaló Keith Nahigian, veterano de seis campañas presidenciales y exmiembro del equipo de transición de Trump.
Trump aventajaba a Haley por casi 20 puntos en las encuestas para la segunda primaria en New Hampshire y ganó por más del 55% contra un 44% de la exembajadora en Naciones Unidas durante el mandato de Trump, una histórica victoria que lo confirma como el gran favorito.
Muchos se preguntan por qué la diferencia no fue mayor. Una de las causas es que en ese estado votan en las primarias los independientes. Muchos de estos votos favorecieron a Haley, por el simple hecho de separarse de la agenda de Trump y mostrar una imagen más moderada.
Aunque Iowa y New Hampshire no cuentan como estados que aportan gran cantidad de delegados para la nominación final, siempre han sido termómetros efectivos para medir el resto del proceso primario electoral. Tanto es así que ningún republicano que ha logrado su candidatura presidencial ha perdido los dos estados.
Haley sufrió otra dura derrota, pero muy esperada ante todos los pronósticos. Y queda sin posibilidades concretas de perseguir al expresidente (2017-2021). En realidad nunca las ha tenido, pero ahora la «supuesta rivalidad» ha sido estimulada por los grandes medios de izquierda y de extrema izquierda en EEUU, obviando los índices reales de respaldo a Trump y los de Haley, en un cuarto lugar siempre en los sondeos previos a los comicios primarios republicanos.
«Salgan de la cama y vayan a votar», instó el ex presidente en un acto en Laconia, en este estado del noreste del país. «Debemos ir porque tenemos que ganar por un gran margen», añadió.
El show mediático en torno a Haley
Después de haber aplastado a sus rivales en la primera votación de la campaña en Iowa, Trump sentenció que «cuando las primarias lleguen al estado natal de Haley, Carolina del Sur, en febrero, «vamos a ganar con facilidad»
La prensa liberal busca extender el show mediático en torno a Trump y hacer ver que le resulta difícil ganar las primarias, cuando por otro lado la gran impopularidad de Biden de más de un 70% la traducen los medios en nominación asegurada como candidato demócrata. Trump, según encuestas de tendencia de izquierda, le gana a Joe Biden por seis y ocho puntos, pero análisis independientes hablan de un margen mucho mayor.
El caos en la frontera sur por 36 meses consecutivos a un costo de unos 200.000 millones de dólares por año; la desastrosa salida de Afganistán que abrió las puertas a decenas de organizaciones terroristas en el Medio Oriente; la fallida política exterior de la Casa Blanca y el desastre económico con una inflación récord durante tres años son algunos de los factores que mantienen a Biden con la mayor desaprobación sostenida de un presidente de EEUU, incluso por encima de Jimmy Carter, cuya aceptación tuvo niveles ínfimos.
La disputa por las primarias republicanas llegó hasta los 14 candidatos, pero en los últimos meses se redujo de forma considerable antes de convertirse en un enfrentamiento de uno contra uno, después del abandono del gobernador de Florida, Ron DeSantis, por su aplastante derrota en Iowa.
«Creo que esta vez será una barrida de Trump con Biden», dijo su partidario Luis Ferré, de 72 años, que viajó desde Nueva York para estar en la fiesta de la noche electoral de Trump en un hotel de Nashua.
Haley dedicó una importante cantidad de tiempo y recursos financieros a Nueva Hampshire, con la esperanza de atraer a votantes, famosos por su mentalidad independiente. Pero la arrolladora victoria de Trump en los caucus de Iowa confirmó su inalcanzable ventaja y su inminente nominación para competir de nuevo por la Casa Blanca, como revelan desde hace meses todos los sondeos nacionales y los más recientes.
Trump ganó las primarias de Nueva Hampshire en su primera postulación presidencial en 2016, pero algunos de sus aliados perdieron contiendas clave en las elecciones intermedias hace dos años.
Piden retirada de única rival de Trump
Los aliados de Trump presionan a Haley, exgobernadora de Carolina del Sur, para que abandone la contienda antes de las primarias en ese estado el 24 de febrero.
Los llamados se intensificaron luego de la clara victoria de Trump en Nueva Hampshire y su triunfo con 30 puntos de ventaja en los caucus de Iowa. Haley terminó en tercer lugar en ese estado, detrás del gobernador de Florida Ron DeSantis, quien abandonó la campaña el domingo 21 de enero.
Si Haley decide dejar las primarias después de la votación en New Hampshire, algo que no parece muy probable por sus declaraciones, el paso será definitivo, mucho antes de que la gran mayoría de los votantes republicanos de todo el país hayan votado. Haley insistió en que Nueva Hampshire no sería su última ronda.
“Vamos a Carolina del Sur”, declaró a la prensa. “Este siempre ha sido un maratón. Nunca ha sido una carrera corta y no llegué aquí por suerte”, dijo. “Llegué aquí porque he trabajado más y he sido más inteligente que el resto. Así que voy a competir contra Donald Trump”.
Haley tiene demasiado poco o nada que buscar frente a Trump, luego de dos importantes e históricos triunfos y las perspectivas de que sean muchos más.
Haley NO pudo vencer siquiera al gobernador de Florida Ron DeSantis en Iowa, quien decidió entregarle su apoyo al exmandatario tras su retirada.
La salida de DeSantis, considerado como el principal rival conservador de Trump, redujo la batalla a un duelo, bastante desigual y con muy escasas probabilidades de que la exembajadora de Naciones Unidas se aproxime siquiera a un triunfo en su propio estado: Carolina del Sur.
Como nunca antes el exmandatario republicano de 77 años queda con el camino libre para enfrentar en noviembre a Biden.
Las primarias republicanas más bien giran ahora en torno a la publicidad que dan los grandes medios de izquierda en EEUU a Haley y no lo que verdaderamente ocurre entre los votantes y en las filas conservadoras. En ambos casos, el respaldo a Trump resulta abrumador.