ATLANTA — El expresidente Donald Trump se declaró inocente el jueves y decidió no comparecer en tribunales en el caso en que se le acusa junto con otras 18 personas de «tratar de socavar» los resultados de las elecciones del 2020 en Georgia.
El juez del condado de Fulton, Scott McAfee, había convocado a Trump y a los 18 acusados adicionales en el caso a una audiencia de instrucción de cargos para el 6 de septiembre. Un documento de renuncia a ese trámite significa que Trump no está obligado a comparecer.
La decisión de no comparecer le evita las dramáticas audiencias que han sido parte de los otros tres casos criminales en los que el expresidente republicano se ha visto obligado, en medio de estrictas medidas de seguridad, a entrar a una corte y declararse “inocente” ante multitudes de espectadores.
Los tribunales de Georgia son relativamente permisivos en cuanto a la prensa de las cámaras en la sala, y esta medida significa que Trump podrá evitar su declaración en una audiencia televisada.
El expresidente Trump es víctima de un acoso político por parte de la izquierda y la extrema izquierda desde el 2016 cuando ganó la Presidencia de EEUU frente a la controversial candidata y exsecretaria de Estado en el gobierno de Barack Hussein Obama, Hillary Clinton.
El expresidente Donald Trump acaba de publicar un video en el que pide a sus seguidores que «no pierdan la esperanza» y promete que «el día de las elecciones nuestra reivindicación llegará”.
El video, publicado por la campaña de Trump en la plataforma de redes sociales X, antes conocida como Twitter, sirve como un grito de guerra para sus seguidores, instándolos a mantener la fe incluso cuando él se convierte en el blanco implacable de la persecución de sus oponentes políticos.
“Bajo el corrupto Joe Biden, nuestro país está pasando por momentos muy difíciles”, dijo el exmandatario.
«Se está destruyendo el Estado de derecho y se está utilizando el sistema de justicia como arma contra los oponentes políticos de Joe Biden, principalmente yo”, reiteró Trump en su mensaje.
Aún así, Trump cree que incluso mientras los demócratas continúan encarcelando a sus oponentes políticos aquí en Estados Unidos, sus votantes no deberían “desesperarse ni perder la esperanza”.
El acoso a Trump y la Justicia cuestionada
El presidente Trump se enfrentó a dos juicios políticos. El primero con una trama –totalmente falsa e inventada– sobre presuntos vínculos de su equipo de campaña electoral con Rusia y la supuesta interferencia de Moscú en las elecciones generales de noviembre de 2016.
Meses después hubo otro intento de juicio político en el Congreso por parte de los demócratas, ambos dirigidos por la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, acérrima enemiga política de Trump, pero tampoco fructificó.
El fiscal especial John Durham, en una investigación de casi 4 años, concluyó que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) nunca tuvo ninguna prueba verdadera contra el presidente 45 de Estados Unidos por lo que injustamente fue acusado. Los demócratas buscaron en todo momento destruir la imagen y la gestión de Trump mediante una campaña hostil y despiadada de los grandes medios de prensa de izquierda en EEUU.
Se comprobó que testigos mintieron y estuvieron involucrados altos cargos de la campaña de Hillary Clinton y del gobierno de Barack Obama. Sin embargo, ninguno fue acusado.
Durham, en un informe de más de 300 páginas, dijo que el FBI utilizó «inteligencia en bruto, sin analizar ni corroborar» para abrir la investigación llamada Crossfire Hurricane sobre Trump y Rusia. El documento agregó que sobre Hillary Clinton empleó un estándar diferente sobre interferencia electoral.
El fiscal especial concluyó que «el Departamento de Justicia y el FBI no cumplieron su misión de fidelidad a la ley respecto a acontecimientos y actividades descritos en su investigación».
Asesores de la exsecretaria de Estado borraron de forma criminal más de 36.000 emails del gobierno de un servidor instalado ilegalmente en la residencia de Clinton, pero la cifra es mucho mayor, según testigos y medios de prensa. Nunca hubo una acusación.
Durham y otros 55 fiscales federales nombrado por Trump fueron obligados a renunciar por Joe Biden en febrero de 2021, días después de haber firmado, de forma insólita, más de 75 órdenes ejecutivas en las primeras tres semanas en la Oficina Oval, lo que supuso lo que hoy ven millones de estadounidenses: una Justicia al servicio de los intereses políticos de la izquierda y de la extrema izquierda en EEUU.
Otros acusados en el caso de Georgia también optaron por no asistir a la instrucción de cargos, lo que les eximió de un viaje al tribunal en Atlanta. Trump había viajado previamente a Georgia, el 24 de agosto, pare entregarse en la cárcel del condado de Fulton y de ello salió el primer retrato policial de un expresidente estadounidense.
El caso, presentado bajo la Ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por Extorsión (RICO por sus siglas en inglés) es muy amplio, y la logística del juicio probablemente será complicada. Los abogados de Trump ya han iniciado sus maniobras.
Juicios rápidos
Al menos dos acusados han exigido juicios rápidos y separados. El juez ha fijado fecha el 23 de octubre para uno de ellos, el abogado Kenneth Chesebro.
La fiscal del condado de Fulton, Fani Willis, ha dicho que quiere que se juzgue a todos juntos y pidió al juez que el juicio comience para todos el 23 de octubre.
El abogado de Trump, Steve Sadow, ha objetado la fecha y piensa presentar una moción para separar el caso de Trump del de cualquiera que pida un juicio inmediato.
Otros acusados quieren que se traslade sus casos a los tribunales federales. Un juez el lunes escuchó los argumentos a favor de ese pedido del ex jefe de despacho de la Casa Blanca, Mark Meadows, pero no falló de inmediato.
Trump, el favorito de las encuestas en las primarias presidenciales republicanas para 2024, ha dicho que las acusaciones en su contra son parte de un intento para impedirle regresar a la Casa Blanca.
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