MARCO RUBIO,
En solo unos días, miles de estadounidenses viajarán a Washington D.C. y a las capitales de todos los estados de EE.UU. para la marcha por la vida. Ustedes quienes caminan pacíficamente serán ignorados o menospreciados por la izquierda radical, por ciertos medios de comunicación e incluso algunos de mi mismo partido político. Sin embargo, ustedes se mantienen firmes en su solidaridad con las mujeres y los bebes no nacidos.
Al hacerlo, continúan con una tradición que no se ha interrumpido durante casi medio siglo. Pero también estarán fundando una nueva tradición. La marcha de este año, a diferencia de las marchas del pasado, no estará dirigida a derrocar Roe vs. Wade.
La Corte Suprema de Justicia ha revocado una de las peores decisiones judiciales de la historia del siglo XX. El régimen pro-aborto que sufrió EE.UU. por tantos años se ha ido. Y se cumple la gran meta legal del movimiento pro-vida. Sus oraciones y testimonios fueron fundamentales para este resultado. Este enero tenemos un motivo legítimo de celebración.
Y, sin embargo, el hecho que todavía estén marchando demuestra que creen que nuestro trabajo aún no ha terminado. Y tienen razón: no marcharon por 48 años solo para que el estado de California o el Departamento de Asuntos de los Veteranos se convirtieran en la fábrica de abortos de EE.UU., o para que el Servicio Postal de EE.UU. se convirtiera en una plataforma de pedidos por correo de Planned Parenthood. Ustedes marcharon para salvar vidas y, trágicamente, millones de bebés estadounidenses todavía están en peligro de muerte. Su trabajo, y el mío, no terminará hasta que este país sea verdaderamente seguro para las mujeres y los no nacidos.
Esa frase horroriza a los consultores políticos de la élite. Quieren que los políticos republicanos se desvíen del aborto, que dejen todo en manos de los estados, que dejen de hablar del valor de la vida humana, etc. Desafortunadamente, muchos los escucharon. Y ahora han comprado la narrativa de los medios que fue el apoyo a los no nacidos lo que les costó a los republicanos en las recientes elecciones de medio término. Se olvidan que los medios tienen prejuicios contra los conservadores y nos disuaden activamente de hacer frente a la industria del aborto. También olvidan que correr hacia el otro lado no es una opción si crees que un bebe que está por nacer es en realidad un ser humano vivo.
Los bebés que están por nacer no pueden huir del abortista. No pueden protestar por la violación de su derecho más básico, su derecho a la vida, pues no tienen voz propia. Nosotros debemos ser su voz.
Es por eso que no huí de mis puntos de vista pro-vida a pesar que enfrenté lo que muchos pensaron que sería una difícil campaña de reelección. Dije en agosto lo que he dicho por varios años: que “el aborto es el asesinato de un ser humano no nacido” y que “la dignidad y el valor de una vida humana” no están ligados a las circunstancias de su concepción.
Cuando mi oponente me atacó, redoblé mis esfuerzos al apoyar el proyecto de ley del senador Lindsey Graham (R-SC), una prohibición de 15 semanas que finalmente pondría un límite federal al aborto. Cuando los periodistas liberales me atacron, les exigí que le preguntaran a los candidatos demócratas qué restricciones del aborto apoyaban. Ninguno de los 55 periodistas a los que les pregunté esto respondió de buena fe, porque saben que la postura de los demócratas es verdaderamente extrema. Ellos apoyan el aborto financiado con los impuestos de los norteamericanos hasta el momento del nacimiento, sin ninguna restricción de sentido común.
Los consultores políticos se encogieron cuando mantuve firme mi postura pro-vida y los progresistas se dieron palmadas en la espalda. El tercer anuncio más difundido de todo el ciclo electoral de medio término fue un ataque a mis puntos de vista pro-vida. Pero el 8 de noviembre, los floridanos demostraron que saben lo que es el verdadero extremismo y que aún creen en el derecho inalienable a la vida. Gané el estado por 17 puntos porcentuales y cambié el condado de Miami-Dade, históricamente demócrata, para los republicanos.
Sin embargo, el apoyo a la vida no puede terminar después de una elección. De hecho, el desmantelamiento del régimen legal a favor del aborto en EE.UU. requiere que hagamos aún más para apoyar a las madres embarazadas y primerizas, así como a sus pequeños bebes. La retórica no es suficiente, razón por la cual la Representante Ashley Hinson (R-IA) y yo presentamos un paquete legislativo integral que brindará asistencia real a los padres y niños estadounidenses que lo necesiten.
Estamos en una nueva era, tras la victoria en el caso Dobbs y lleno de energía para lo que viene próximamente. Hacer lo correcto no siempre es fácil, pero nunca es en vano. En palabras del Dr. Martin Luther King, Jr., “el arco de la historia se inclina hacia la justicia”, incluso si es un arco que requiere paciencia y fe para ser visto. Hay muchas más marchas por venir, pero por fin vamos por buen camino.