CARACAS.- Según cifras de la Organización de los Estados Americanos (OEA), entre 700 y 900 venezolanos huyen de su país a diario por caminos irregulares desde septiembre de 2020. En ese tránsito, el tráfico ilícito de migrantes los expone a ser captados por redes de trata de personas y ser víctimas de distintos delitos.
Esta semana, la justicia colombiana proceso a nueve presuntos integrantes de una red de tráfico de migrantes por utilizar maniobras ilícitas, como la falsificación de documentos para que los extranjeros salgan desde Colombia hacia Estados Unidos, Europa y países de Sudamérica.
Dicha red también está acusada de movilizar a un grupo de migrantes que se accidentaron en febrero antes de cruzar por carretera hacia Ecuador. Cinco venezolanos murieron en el accidente cuando el vehículo en el que se trasladaban perdió el control en una curva y volcó.
El principal articulador de la red, que está entre los capturados, era funcionario de la autoridad migratoria estatal. Trabajaba en el puesto de control de La Guajira, en la frontera con Venezuela, y desde allí habría contactado a venezolanos para ofrecerles documentos de identidad colombianos o prórrogas en los pasaportes para que salieran de Venezuela.
En la audiencia de acusación el fiscal hizo referencia a varias llamadas y mensajes de texto que recibió uno de los implicados de parte de quien se identificó como el tío de un menor venezolano fallecido en el accidente. El supuesto integrante de la red le respondió que el seguro del vehículo pagaría.
Otro caso es el de una joven venezolana que logró llegar a México proveniente de Cartagena con una prórroga falsa en su pasaporte en agosto de 2021, pero las autoridades mexicanas detectaron el documento falsificado y la deportaron a Colombia.
La fiscalía colombiana encontró que los integrantes de la red que fue desmantelada esta semana cumplían distintos roles: algunos falsificaban documentos, otros contactaban y recibían a los migrantes, los hospedaban, alimentaban y transportaban luego de obtener la documentación falsa.
Más al sur, los llamados «coyotes» cobran entre $300 y $500 a los migrantes por guiarlos en el trayecto de Perú a Chile, pero a mitad del camino, los abandonan. En algunos casos les entregan mapas o simplemente les explican verbalmente el camino, informó el portal Crónica Uno.
De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el tráfico de migrantes “es la facilitación de la entrada ilegal de una persona a un Estado” en el cual no tiene nacionalidad o residencia.
Los migrantes recurren a esta opción cuando no tienen las posibilidades de ingresar a un país por las vías regulares. Pero esto los hace vulnerables a caer en manos de redes delictivas.
Las redes de tráfico de migrantes tienen esta actividad como negocio. La débil legislación sobre el tema en los distintos países es una ventaja para estos grupos, porque les permite operar sin ser detectados.
La crisis humanitaria compleja que atraviesa Venezuela causó que más de 6 millones de venezolanos emigraran de su país desde 2015.
El tráfico de migrantes también se ve en la zona costera venezolana. Testigos han relatado que desde zonas de la costa parten lanchas cargadas de migrantes hacia islas del Caribe, como Trinidad y Tobago, Aruba, Curazao o Bonaire. Estas embarcaciones salen en horas de la noche y en su mayoría no son aptas para la travesía por mar abierto.