Según Nicolás Maduro y los principales voceros de su gobierno insisten que “es impresionante como Venezuela se está arreglando”. No obstante, los datos disponibles sobre el contexto económico del país sudamericano muestran una realidad muy diferente: el deterioro de las condiciones de vida de la mayoría de los venezolanos persiste y va en aumento.
Estos indicadores demuestran que a partir de 2017 tres millones de venezolanos cayeron en pobreza extrema.
Sin embrago, a pesar de estos números varios conciertos de artistas internacionales han regresado al país. “Los artistas se pelean por venir a Venezuela”, afirmó recientemente Maduro.
Natti Natasha, Sin Bandera, Morat o Servando y Florentino son algunos de los nombres que se han mostrado recientemente en la cartelera nacional. En todos estos casos la constante es que la venta de entradas se agote en horas, una paradoja si se considera, por citar solo un ejemplo, que en 2022 aumentaron los cortes no programados del servicio eléctrico en todo el país.
Incluso, la firma Longines anunció su regreso al país para vender relojes valorados entre 800 y 2.500 dólares, así como relojes exclusivos con piedras preciosas que pueden llegar a valer hasta 25.000 dólares.
Los conciertos o los servicios de lujo demuestran que solo la élite puede vivir la ilusión de prosperidad. No obstante, la mayoría de los venezolanos siguen experimentando las consecuencias de la emergencia humanitaria compleja.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación el insumo calórico promedio del venezolano cayó de 2.405 calorías entre 2015-2017 a 2.210 calorías entre 2018-20.
¿Crecimiento económico en 2022?
Según indicadores económicos para 2022 hay un panorama de crecimiento económico. Por ejemplo, según la encuesta Focus Económico (en donde participan los directores de las 22
empresas más importantes del país), el consenso del mercado apunta a un crecimiento económico de 9,4%, donde destacan no solamente el 20% de Credit Suisse, sino dos firmas que esperan 24% de variación porcentual del PIB venezolano: DekaBank y el Economist Intelligence Unit. Oxford Economics espera 16,5%, al igual que Julius Baer. Para 2023 el consenso se ubica en 5,1%.
No obstante, la mayoría de los economistas consultados por DIARIO LAS AMÉRICAS sugiere evaluar estos datos de crecimiento, recordando que Venezuela tiene una caída acumulada de 70% en los últimos ocho años.
Por otra parte, explican que hasta hoy los datos de recuperación de la actividad económica no tienen ‘derrames sociales’ y tampoco indica la calidad del empleo o de la vida de las personas.
Según los reportes de la firma de inteligencia financiera Ecoanalítica “en los últimos meses se han visto algunos pronósticos que indican que la economía venezolana, después de aproximadamente ocho años de recesión, va a crecer en 2022; por lo que surge interés en saber cuánto le tomaría a Venezuela volver a niveles precrisis al cierre de 2013”.
En este sentido, los analistas de la firma sostienen que para “estimar los años que tomaría recuperar la economía venezolana, se toma el pronóstico de crecimiento de 2022 y 2023, con este último manteniéndose constante en adelante.
Se toma el consenso de FocusEconomics (9% en 2023) junto a sus rangos mínimo (2%) y máximo (3%); junto con los
pronósticos de Ecoanalítica. Con un escenario de crecimiento muy agresivo, la recuperación podría tomar 16 años; mientras que, con un escenario de crecimiento mucho más bajo puede tomar hasta 52 años (…) Es importante mencionar que este cálculo es muy simplificado, principalmente porque los países no tienden a crecer a un ritmo constante durante periodos prolongados y, en el caso de Venezuela, al menos desde 1980, no existe mucha evidencia histórica de mantenerse más de 5 años sin entrar en recesión”.
Sin embargo, a pesar de la evidencia numérica, la guerra de las percepciones parece favorecer al gobierno de Maduro.
Según el más reciente estudio trimestral de la empresa de opinión pública Consultores 21 la comparación trimestral de la evaluación que realizan los ciudadanos de la situación del país muestra una recuperación lenta, pero sostenida.
La encuesta, citada en el último informe de coyuntura de la firma Carpe Diem, indica que al culminar el primer trimestre del año 2021 el 23% de los encuestados señaló que la situación del país era “buena”, mientras 77% la describía como “mala (…) No obstante, un año después hasta 36% dice que la situación es buena, mientras quienes la describen como negativa disminuyen hasta 63%”.
Indicadores similares se observan en el caso de la valoración de la situación personal. El primer trimestre del año 2022 culminó con 42% de los ciudadanos diciendo que su situación personal es buena, mientras 57% dice que es negativa. Hace un año, 34% decía que su situación era buena y 66% la describía como negativa.
Incluso la expectativa a futuro es presentada como positiva. El 57% piensa que en los próximos seis meses su situación personal será mejor que en la actualidad. En el caso de la situación del país, los ciudadanos se dividen en dos grupos de similar tamaño: 47% piensa que en los próximos seis meses será mejor, y 47% sostiene que empeorará.
Aunque las investigaciones sobre el país muestren un panorama diferente al de la propaganda oficial, ésta cala en algunos sectores de la población, especialmente por el monopolio informativo
Al culminar el primer trimestre del año 2021 hasta 26% de los ciudadanos consideraba que la existencia de bodegones y tiendas con productos importados era una demostración que la economía venezolana está mejorando. Con el fin del primer trimestre del año 2022 esta percepción la tienen un tercio de los ciudadanos.
Resultados similares se obtienen cuando se consulta a los ciudadanos sobre la desaceleración de la inflación. Hace un año 28% consideró que la hiperinflación se estaba acabando porque los precios “ya no suben tan rápidamente”.
Ahora esta percepción la tiene el 32% de los ciudadanos, de hecho 40% está de acuerdo en que la economía “se está recuperando”.
Esta idea parece tener respaldo científico: El economista Omar Zambrano destaca que, aunque la crisis humanitaria persiste para una parte importante de la población (…), es posible afirmar con toda certeza que, en general, las condiciones de vida
hoy no son peores que 2016-17 (…) Datos de pobreza, vulnerabilidad social y salarios así lo demuestran”.
Fuente: Diario Las Americas