La estrecha -y peligrosa- relación que ha tenido el régimen chavista con la República Islámica de Irán ha generado un nuevo escándalo. Un informe de inteligencia revelado por el medio Infobae, perteneciente a la compañía internacional Lloyd´s, pondría en evidencia que el avión venezolano-iraní de la aerolínea Emtrasur, retenido por la justicia argentina desde junio pasado, fue utilizado para trasegar oro desde Venezuela hasta Irán, y así posteriormente financiar actividades grupo terrorista Hezbollah en medio oriente.
De acuerdo a la información suministrada ambos países habrían generado un mecanismo que les permitía evadir sanciones de la Oficina de Control de Activo (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, mediante un esquema de triangulación: el oro salía de Venezuela en vuelos en donde el Boeing 747-300 de matrícula YV-3531 era el protagonista, para posteriormente recalar en Irán. Una vez allí los cargamentos del metal precioso eran cambiados por petróleo iraní. Posteriormente dicho oro era vendido en mercados como el de Turquía, utilizándose el dinero obtenido en la operación para proporcionar financiamiento al terrorismo islámico.
La puesta en marcha del entramado es atribuida a las Fuerzas Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), quien habría organizado los envíos desde Caracas. En específico el informe a cuatro actores claves en todo esto: Ali Kassir (representante de Hezbollah en Irán, sancionado por la OFAC), Muhammad Jaafar Kassir (también alto funcionario de Hezbollah, penalizado por la OFAC), Seyed Badroddin Naiemael Moosavi (un empresario iraní dedicado a la venta de petróleo que servía como puente entre la agrupación y Venezuela) y la aerolínea Mahan Air (de origen iraní, que era la anterior propietaria del avión que luego pasó a manos de la estatal venezolana Emtrasur).
La Gaceta de la Iberosfera ya ha advertido con antelación sobre la manera como Irán y sus agrupaciones terroristas satélites han intensificado sus vínculos con el régimen de Nicolás Maduro. En julio pasado la la coordinadora del Área de Investigación y Estudios Islámicos del Grupo de Estudios Estratégicos (GEES), Hannan Serroukh, afirmaba que el país caribeño se ha convertido en el puente utilizado por Irán para expandir sus operaciones comerciales e incluso ideológicas por toda Hispanoamérica.
“Irán ve que, a través de Venezuela, puede llegar al resto de Latinoamérica, es un punto de llegada y de partida hacia el resto del continente. No es por casualidad que, si miramos diferentes países de Latinoamérica, vamos viendo un incremento de conversos al islam, de comercio y economía islámica que se está asentado. ¿Por qué? Porque Irán está aislado económicamente, tiene limitadas sus relaciones comerciales”, dijo Serroukh en aquella oportunidad.
Todo indica que el avión de Emtrasur, hoy retenido en Ezeiza (Argentina), no sería la única aeronave utilizada con estos fines ilícitos durante los últimos años. Sin embargo, su captura permitiría avanzar en una estructura de investigación que arrojaría más luces sobre las modalidades específicas utilizadas por Venezuela e irán para sostener esta trama criminal en todo este tiempo.
De allí que haya tanto interés en el asunto por parte de una corte de Columbia (Estados Unidos), que ha solicitado desde hace meses confiscar el avión que actualmente está varado en Argentina. La Justicia de EEUU argumenta que el Boeing 747 fue traspasado ilegalmente desde Mahan Air (una aerolínea sancionada por la OFAC) a la empresa venezolana Emtrasur, sin que hubiese notificación de por medio. Esto en el entendido de que Boeing es una empresa radicada en Norteamerica, por cuanto todo avión fabricado por ella queda sujeto a la legislación estadounidense.
Los tripulantes venezolanos del avión de Emtrasur que quedaron detenidos en Argentina en junio fueron devueltos hace semanas a Venezuela. Sin embargo, Maduro no ha descansado ni por un minuto en una lucha por intentar obtener control sobre la aeronave, evitando que esta sea efectivamente confiscada por la Justicia de los Estados Unidos.
Como se ha señalado más arriba, tener control pleno sobre dicho avión permitiría realizar una investigación más exhaustiva sobre el uso que se le ha dado al mismo durante los últimos años, con lo que el régimen chavista puede quedar aún expuesto. Resta pues entonces, ver qué determina la Justicia argentina sobre la unidad aérea venezolano-iraní en las próximas semanas.