Leopoldo López Gil,
¿Será el ideal de millones de venezolanas y venezolanos por recuperar el rumbo democrático, la paz, la prosperidad y sobre todo la libertad una posibilidad real o un sueño idealista para lograr la salida de una larga pesadilla que les ha robado su bienestar, su progreso, sus derechos, su porvenir? ¿Es una quimera una Venezuela libre? Es Venezuela libre una…
«Cosa o idea concebida por la imaginación como posible o verdadera, sin serlo».
Esta acepción de la palabra quimera según la RAE podría ser la que utilizarían para describir una Venezuela libre, esa que millones de venezolanos, dentro y fuera de su país, aspiran y luchan por conseguir con sus votos, manifestaciones y marchas, que a pesar de su contundencia, cuando casi se toca su alumbramiento, desaparece como espejismo traicionero que intenta burlar la empecinada voluntad de quienes se saben capaces de torcer la truculenta tormenta que ha azotado inclementemente a ese país durante un cuarto de siglo.
No es de extrañar que ese pueblo traicionado por una revolución, que bajo el embozo de socialismo del siglo XXI, agotado y consumido por el empobrecimiento , decepcionado por el constante deterioro de su calidad de vida, sea hoy un testimonio de la mayor emigración hasta ahora conocida en el continente americano. La tercera parte de su gente ha dejado sus raíces buscando no solo una vida mejor sino un futuro para respirar sin miedo a las carencias, un futuro donde desarrollar el anhelo de ver a sus hijos educarse y crecer en paz. Son ambiciones sencillas, pero el oscurantismo de la barbarie del socialismo chavista derrumbó los pilares de la democracia, todo lo que otrora fue motivo de admiración y hasta envidia de otros países que carecen de las bendiciones que la naturaleza regaló a esa que mereció el nombre de “tierra de gracia”, hoy exhibe índices de pobreza y miseria comparables con Haití.
Sin embargo, esa Venezuela tiene una larga historia de lucha contra la opresión y las tiranías. Inspirada siempre por las palabras de su Libertador, Simón Bolívar, ese pueblo tiene grabadas en su corazón la invitación que en 1812 hiciera ese patriota: «Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca. Hoy el grito de ¡Hasta el final! vibra con la misma fuerza y por ello no cesan las detenciones, las prisiones, las torturas, las desapariciones forzosas ni las inauditas medidas contra los medios de comunicación.
Venezuela libre no es una quimera , es la realidad que pronto se vivirá gracias a la valentía de cientos de miles de héroes anónimos que lograron obtener la clave para acorralar a los autores del pretendido fraude electoral con suficientes actas para dejar fuera de dudas el deseo del soberano por un cambio de régimen. No es tan poderoso el adversario como la naturaleza, pero sí es capaz de infundir mucho temor en la población. El régimen ha desatado una estrategia de terror bajo el lema de la furia bolivariana, el resultado de esta furia se evidencia al certificarlo organizaciones no gubernamentales como el Foro Penal cuando cifra en más de 1.300 los presos políticos, también la triste cifra de 24 muertos desde la celebración de las elecciones el pasado 28 de julio.
Pero para asegurar la desinformación y evitar que revelaciones de ONG como Provea, defensores de los derechos humanos que cuentan en más de 2.500 las personas detenidas desde las elecciones, el oprobioso régimen ha encarcelado a 12 profesionales del periodismo en este mes.
Algo inesperado ha sucedido, sin embargo, la lucha con las armas de la democracia ha generado un respaldo casi unánime en la comunidad internacional, todos los países democráticos así lo han manifestado. Solo han quedado como compinches de su trama Bolivia, Cuba y Nicaragua en su vecindario y en los otros los enemigos de Europa, Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte y China. Este estado de cosas pudiese desembocar en un mayor aislamiento del país y el ahogo total de su economía al no tener acceso a los indispensables instrumentos para financiar o atraer las inversiones extranjeras esenciales en el mundo de la alta tecnología e inteligencia artificial.
El apoyo manifestado internacionalmente de forma inequívoca en las organizaciones multilaterales, la ONU, la OEA, la UE, como en la mayoría de los países, contrasta con otras que a pesar de reconocer la falta de pruebas para declarar el triunfo del régimen solo se aproximan con manifestaciones tibias y hasta propuestas absurdas para una repetición de la votación, y también hemos sido sorprendidos por neutralidades que bajo la excusa de proponerse como potenciales mediadores mantienen un silencio cómplice, López Obrador, Zapatero dixit. Tal vez todo demócrata debe negarse a participar en un juego político negado a reconocer la voluntad soberana y que no tiene más recurso que la violencia para evitar la recuperación de la libertad de sus ciudadanos.
Escribió hace unos siglos don Francisco de Quevedo Llamadla Utopía, una voz griega cuyo significado es «no hay tal lugar», pues estamos en proceso de ver la transformación de un país, gracias a la inalterable voluntad de su pueblo, de un infierno dominado por los demonios de la corrupción, la injusticia, la violencia y la ambición en una república donde los enunciados de las verdaderas revoluciones serán realidad: Libertad, Fraternidad e Igualdad. Un país que se niega a renunciar a la lucha por transformar su tragedia, lo que muchos llaman quimera, en la razón de su vida.
Hoy solo queda claro que el bravo pueblo de Venezuela amó y sigue amando la libertad y sus sacrificios no están siendo ignorados, lo hemos palpado.