CARACAS.- El dos veces candidato presidencial de Venezuela, Henrique Capriles, y otros líderes opositores se mueven para participar en las primarias de oposición que se esperan este año para elegir al candidato unitario que se enfrentará al dictador Nicolás Maduro en las elecciones previstas en 2024.
Capriles ha comenzado una gira de entrega de medicinas en una población cercana a Caracas. Aunque oficialmente no ha anunciado su candidatura, el acto parece ser una estrategia de campaña en vista de las primarias.
«Yo no sé si voy a ser candidato», dice en entrevista con la AFP Capriles, quien se enfrentó en las urnas al fallecido Hugo Chávez, en 2012, y a Maduro, en 2013.
Si decide postularse, su candidatura dependerá de si se levanta una inhabilitación de 15 años para ejercer cargos públicos que se le impuso en 2017 por presunto «irregularidades administrativas» cuando era gobernador del estado Miranda. Esta misma circunstancia afecta a otros posibles candidatos presidenciales, como Juan Guaidó.
Capriles argumenta que para que haya elecciones legítimas y competitivas en Venezuela, no deben haber personas inhabilitadas. A pesar de ello, muchos líderes opositores importantes están actualmente inhabilitados, presos o en el exilio.
El chavismo pide, por su parte, el levantamiento todas las sanciones internacionales que buscaron sin éxito la caída de Maduro.
Además de Guaidó, María Corina Machado, del ala radical de la oposición, y Carlos Ocariz, exalcalde del municipio de Sucre, también han anunciado su postulación.
Sin embargo, la organización de las primarias ya enfrenta obstáculos. Machado ha rechazado que el Consejo Nacional Electoral (CNE) sea el encargado de montar el proceso, acusando a las autoridades electorales de favorecer al régimen de Maduro.
Aunque Capriles es recibido por un puñado de personas en Guarenas, está lejos de los tiempos en que encabezaba multitudinarias movilizaciones. Según el experto en política, Pablo Andrés Quintero, aunque la oposición se encuentra en una fase de estancamiento, también tiene la oportunidad de movilizarse aprovechando el escenario preelectoral.
Las condiciones electorales son el punto más álgido de las negociaciones que el régimen y la oposición retomaron a finales del año pasado en México.