Aunque en los últimos dos años la economía venezolana ha mostrado una leve recuperación económica que apenas compensaba una parte menor de la contracción que se experimentó, en los próximos meses la mejoría reportada en algunas áreas pudiese revertirse.
Francisco Monaldi, director del Programa de Energía de América Latina del Instituto Berkeley, sostiene que lo ocurrido “con las elecciones genera gran incertidumbre para todos los actores económicos, no solo sobre la posibilidad que se otorguen más licencias (a las empresas petroleras), como empresas que estaban esperando que ocurriera, sino ahora hay la preocupación entre las empresas de que pudieran cancelarse algunas de las licencias existentes. Entonces está trayectoria de crecimiento pudiera detenerse o revertirse, dependiendo de lo que termine de ocurrir con la política venezolana”.
Monaldi recuerda que en julio “la mitad de lo que se exportó, se exportó a los Estados Unidos por Chevron y por Repsol, y el resto casi todo fue al mercado negro en China, donde iba en el pasado antes de que se hiciera la flexibilización de sanciones y eso va con un descuento muy elevado, requiere trueques y criptomonedas y unas cantidades de dificultades en cobrar”.
Además, advierte que si EEUU cancela las licencias a Chevron y a las empresas petroleras europeas, “eso haría que inmediatamente se devaluará el bolívar rápidamente y que pudiera haber una inflación significativa otra vez en Venezuela (…) Las alternativas (de inversión petrolera internacional) si el régimen se mantiene en el poder, no son significativas. El techo de la producción venezolana es relativamente bajo; si va a poder con las licencias actuales, pero el techo es muy bajo y eso hace que la recuperación de la economía venezolana este muy limitada”.
Una posición similar mantiene el economista Francisco Rodríguez, quien teme que se produzca una nueva contracción económica. En entrevistas para varios medios internacionales, Rodríguez explicó: “Si hay un endurecimiento de las sanciones, si hay un nuevo deterioro en la situación política que lleva a una baja en la certidumbre, a la baja en la inversiones nacionales e internacionales, creo que nuevamente podremos ver una contracción económica y si entramos en nuevamente en eso, va a querer decir salarios reales más bajos”.
El economista José Guerra sostiene que la mejor forma de describir la economía venezolana en el corto plazo es con la palabra incertidumbre, generada por las consecuencias que puede tener que Maduro finalmente no reconozca los resultados de la elección presidencial y abandone el poder al finalizar su periodo constitucional en enero del año 2025.
Guerra recuerda que la producción petrolera venezolana en este momento alcanza unos 800.000 barriles diarios de petróleo, de éstos Chevron produce aproximadamente 200 mil barriles diarios. “Estamos hablando de una cuarta parte. Esto significa que si el gobierno de los Estados Unidos, motivado por su propia valoración política de Venezuela, decide modificar la licencia que le dio a Chevron, evidentemente la producción petrolera venezolana va a disminuir y no es solamente la de Chevron, es la de otras empresas que mantienen viva el incremento de la producción petrolera del país”.
Guerra advierte que el elemento que más pesa en la actividad y la perspectiva económica “es la política”. Sostiene que “la situación política es la que está condicionando y determinando el curso futuro de la economía venezolana y si no se despeja este panorama de manera clara y transparente, evidentemente el país no va a hacer lo mismo que ha sido en el 2024”.
José Manuel Puente, profesor del IESA, indica que un régimen no reconocido a partir de enero de 2025 “no va a poder reconectarse con los multilaterales y reestructurar la deuda externa que solo por bonos de la República, Pdvsa y La Electricidad de Caracas tiene un atraso en el pago de capital e intereses de 61 mil millones de dólares».
Según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (CENDAS-FVM) documentó que durante el pasado mes de julio la canasta alimentaria familiar en Venezuela, conformada por 60 productos esenciales, alcanzó los 542,94$ (22.407,05 bolívares), lo cual equivale a 153,86 salarios mínimos.
Con respecto al ingreso mensual del venezolano, detallaron que el salario mínimo de 130 bolívares, equivalente a 3,54 dólares según la tasa del Banco Central de Venezuela (BCV) que establece el cambio en 36,67 bolívares por dólar, cubre apenas el 0,6% del costo total de la canasta.
Por otra parte, el informe de FocusEconomics, que incluye las proyecciones de 18 bancos y consultoras como BancTrust y Moody’s Analytics, concluye que, en promedio, se espera que el tipo de cambio culmine este año en 64,3 bolívares por dólar, mientras se estima que la inflación cerrará 2024 en 89%, la inflación más elevada de América Latina después de Argentina.
El chavismo lo ve todo positivo
Los diputados del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) Jesús Farías y Ramón Lobo tienen una visión totalmente distinta del resto de economistas venezolanos.
Lobo explica que “nuestra economía, producto de las sanciones generadas por el gobierno de los Estados Unidos, con el apoyo de la extrema derecha venezolana, se contrajo de manera importante en el año 2015, cuando se implementa el decreto Obama y nosotros logramos revertir esa situación, a partir del tercer trimestre de año 2021 (…) Comparativamente con el año 2023 se amplió en un 8% la cantidad de bienes y servicios en Venezuela. (…) Nosotros quisiéramos que fuera a un ritmo superior, pero el esquema de sanciones que aún se mantiene limita que nosotros podamos apretar el acelerador”.
Por su parte, Farías sostiene: “Lo que reina en el país es la más absoluta normalidad y estabilidad, lo podemos ver después de la insurrección violenta y terrorista, que significaron grupos organizados por el candidato de los Estados Unidos y una señora que promueve de manera obsesiva la violencia, después de esas 48 horas se normalizó y se tranquilizó el país, es decir que aquí lo que reina es la confianza y el clima del trabajo para desplegar las fuerzas productivas y creadoras del pueblo en función del desarrollo de la nación que es lo que lo que la gente está buscando, es eso, no es que hay incertidumbre, la gente quiere es tranquilidad para que se desarrolle la economía, haya progreso y eso se traduzca en beneficio y en bienestar para el pueblo”.