Casi al término de su visita de seis días a China, el dictador venezolano Nicolás Maduro y su homólogo chino, Xi Jinping, firmaron 31 nuevos acuerdos que, según el anuncio oficial, incluyen áreas que van desde la agricultura hasta la tecnología y el “desarrollo aeroespacial”. Con estos, también llegó un mensaje del tirano asiático, quien manifestó sus intenciones de “trazar el rumbo a futuro de la cooperación” entre ambos países. Además, aprovechó para mencionar “los esfuerzos” por mantener “la soberanía, la dignidad nacional y la estabilidad social del país”.
Las palabras de Xi Jinping rayan en la absurdo, considerando que si algo falta en Venezuela es estabilidad social, política o económica. La nación sudamericana tampoco goza de soberanía desde que el chavismo hipotecó las riquezas a regímenes cómplices a cambio de respaldo político para mantenerse en el poder. Como resultado, Venezuela tiene más de 80 % de pobreza, la inflación más alta del continente y servicios públicos cada vez más precarios y al borde del colapso total. Es por ello que la meta que vociferó Maduro de enviar “al primer hombre o primera mujer venezolana a la Luna” en alianza con China, no es más que una burla que genera reacciones con el mismo tono.
Y es que a las pocas horas del disparatado anuncio, varias ciudades sufrieron graves interrupciones del servicios eléctrico que hasta provocaron la suspensión de operaciones del Metro de Caracas y el tren de Los Valles del Tuy, que comunica a poblaciones aledañas con la capital.
Quizás, la solución a los problemas de Venezuela sería que el elegido para ser enviado a la Luna sea el propio Nicolás Maduro, como sugirió el activista Agustín Antonetti. Este mensaje es tan solo uno de tantos que por estas horas inundan las redes sociales para expresar la indignación ante la disociación de la realidad del dictador.
Maduro endeudado y pidiendo más
China, más que ningún otro país, sabe la profunda crisis que padece Venezuela porque es el primer prestamista y, a su vez, el chavismo es su mayor deudor en América Latina. Según Diálogo Inter-Americano, grupo de investigación con sede en Washington, el monto adeudado a los bancos estatales del gigante asiático es de 60.000 millones de dólares.
Apenas se conoció que el tirano venezolano realizaría esta gira, surgieron los cuestionamientos a los nuevos acuerdos que podría firmar, considerando que no hará más que incrementar el monto de la deuda poniendo como prioridad sus intereses personales de mantenerse en el poder.
En vista de las venideras elecciones presidenciales, Maduro buscaría “financiamiento líquido, inversiones petroleras y posiblemente períodos de gracia para el pago de deuda”, apuntó hace unos días Mariano De Alba, especialista en derecho internacional. Entonces, se hizo necesario para el régimen viajar miles de kilómetros para buscar revertir la decisión del Dragón rojo, que en 2016 suspendió sus préstamos al chavismo.
Sin luz, sin agua y en camiones de basura
De cualquier manera, los fondos que Maduro consiga en China están lejos de ser utilizados para atender la crisis en hospitales, el deterioro de la infraestructura hotelera o de los servicios públicos. Los venezolanos continúan improvisando en la medida de sus posibilidades a la hora de enfrentar la escasez de agua, los frecuentes cortes de luz, el limitado acceso al gas o cuando se debe atender algún problema de salud.
Mientras tanto, la prioridad de la dictadura está en llevar personas al espacio para mostrar al mundo una falsa realidad. Esa intención se veía venir, cuando en julio pasado, Pekín y Caracas acordaron la participación de Venezuela en el proyecto de la Estación Internacional de Investigación Lunar (EIIL). Ahora, con la gira de Maduro que lo llevó a varias ciudades de China (Shenzhen, Shanghái, Shandong y Pekín), el plan para distraer a la población y a la prensa internacional con un utópico avance en materia espacial se eleva a otro nivel.
“¿Cuándo piensa aumentarle los salarios a los maestros para que los niños puedan recibir una educación con normalidad?”, escribió en X la educadora Gricelda Sánchez. El activista Javier Vivas Santana recordó que en Venezuela un camión de basura tiene que emplearse como “ambulancia” para transportar un herido. En paralelo, otros usuarios de la plataforma reportaron fuertes bajones en el servicio de electricidad en varias ciudades, creando un caos en la movilidad. Todo esto ocurre a diario. Ver al dictador en televisión anunciando futuros viajes a la Luna no causa menos que indignación ante sus delirantes prioridades.