Este periódico publicó recientemente «Las siete muertes de VOX», un editorial muy importante y clarificador sobre el partido político.
Feijóo, aunque juega a una imagen viejuna, consistente, de derecha de toda la vida, es quizás el político más notoriamente postmoderno que ha producido la derecha española. O más bien futbolero, pues ha entendido a la perfección que una inmensa parte del electorado lo que quiere es que ganen sus colores sin importarle demasiado -siempre hay algún límite- como se gane.
Reiterar el apoyo hacia los españoles que madrugan es el gran acierto de VOX
Se decía del primer ministro laborista Harold Wilson que llegó a la política para hacer, no para ser alguien. VOX tiene exactamente la misma vocación y es lo interesante, lo muy interesante, de esta formación política.
La nueva voz es sensible hacia la gente que vive en un desencanto profundo ante la falta de respuesta a una serie de retos esenciales en la sociedad. Un desencanto que se convierte en desencuentro frente a un globalismo que, al menos en nuestro país, y probablemente en gran parte de UE, no innova, sino que acapara y que tiene como consecuencia un estatismo furibundo, hiperregulación y sadismo fiscal, inmigración descontrolada, paro insostenible y una penosa sensación de impotencia frente a los grandes poderes como China y Rusia. Reiterar el apoyo hacia los españoles que madrugan es el gran acierto de Vox, pues son estos españoles, los de las pymes y los autónomos, quienes más esfuerzo hacen por mantener nuestra sociedad.
Ante la debacle sanchista, Feijóo triunfará -como lo habría hecho Casado, por cierto- y sólo queda por ver si lo hará como Moreno en Andalucía o Ayuso en Madrid. Es decir, si necesitará el apoyo de Vox o no. Incluso podría repetirse el escenario de Castilla y León y el gobierno de coalición con Vox. En cualquier caso, Feijóo tendrá un éxito rotundo que dará mucho brillo a los colores del PP.
Frente a Vox seguirán atizando el fantasma del autoritarismo, ante la pasividad del PP, pues imaginan que ahí esta la clave para que Vox no crezca. Resulta paradójico que el gobierno que blanquea y pacta con Bildu, con los estalinistas y con los independentistas catalanes atice un solo mensaje como es el del autoritarismo de Vox, y por ende de su potencial aliado el PP. Pero pedirle coherencia al sanchismo es un esfuerzo inútil.
La voz de Vox (…) lleva ya algunos años proponiendo medidas positivas en todas las instituciones de España e incluso en la UE
Volvamos a lo importante, a preservar la voz de Vox ante los previsibles éxitos del PP. Recojamos el guante del editorial con la que iniciamos este artículo. La voz de Vox que para muchos se caracteriza por la denuncia lleva ya algunos años proponiendo medidas positivas en todas las instituciones de España e incluso en la UE, pues en todas se ha ganado la presencia con los votos. Ha llegado el momento de digerir todas estas medidas en un cuerpo compacto de propuestas positivas. En términos gaullistas, ha llegado el momento de proponer una cierta idea de España, o más bien una idea cierta de España.
Serán tiempos difíciles para el liderazgo de Vox. Tiempos de decisiones difíciles y de mucho riesgo, aunque dudo que el núcleo duro del electorado de Vox que muchos cifran en el doce por ciento se vaya a perder mientras que se mantenga una voz clara, nueva y moderna frente a las viejas voces del consenso progre.
Fuente: La Gaceta de la Iberosfera.