A pesar de numerosos estudios sobre la ineficacia de las mascarillas para frenar el coronavirus y de comparaciones que demuestran la nula variación de la tasa de contagios entre entornos que las usan frente a aquellos que no, la Administración Biden continúa aferrada a esa idea. Como resultado, no solo hay fuertes críticas sino los argumentos de ciudadanos estadounidenses que rechazan volver a aceptar su imposición.
Lo cierto es que el presidente demócrata es uno de los principales defensores del uso de un elemento que poco sirve para evitar contagios. En abril del año pasado, mientras las aerolíneas estadounidenses celebraban junto a los pasajeros el final del mandato de mascarillas, en el Air Force One los reporteros tuvieron que mantenerla. Por esos mismos días, desde la Casa Blanca consideraban apelar el fallo de un juez en Florida que declaró ilegal el mandato del uso de tapabocas para quienes volaran en aviones federales.
Hoy parece que las cosas no han cambiado mucho para Joe Biden, quien volvió a usar la mascarilla, reviviendo el periodo de restricciones por COVID-19. Su secretaria de prensa, Karine Jean-Pierre, indicó que el mandatario decidió usarla en espacio interiores luego de que la primera dama Jill Biden, diera positivo. “Como ha sido la práctica en el pasado, el presidente se quitará la máscara cuando esté lo suficientemente alejado de los demás en el interior y también en el exterior”, dijo la funcionaria ante cuestionamientos que no logró apaciguar.
Ineficaces y contaminantes
El revuelo por el anuncio no se hizo esperar. Es que a pesar de ser una decisión personal y no una imposición a todo el país, que lo haga el presidente de Estados Unidos aviva la polémica por la repercusión que puede generar entre los ciudadanos. “Biden usando nuevamente mascarilla porque ha estado cerca de Jill es una forma de generar miedo sin sentido”, escribió en X la periodista Emily Miller. Como ella, otros comunicadores y figuras ligadas a la política cuestionaron el anuncio.
“Su recordatorio habitual sobre el uso de mascarillas contra el coronavirus COVID/Wuhan es basura y no funciona. De hecho, son perjudiciales al causar daño pulmonar con sus materiales cancerígenos. Sin mencionar la contaminación ambiental masiva”, dijo por su parte Katie Pavlich, colaboradora de Fox News. Su aseveración tiene bases. Por ejemplo, los habitantes de China estuvieron confinados y usando mascarillas por orden del régimen hasta principios de este año, pero la dictadura aseguraba que a pesar de todas las medidas, continuaban los contagios, y esa era la razón para mantener los encierros.
Por otro lado, su uso provocó que 1500 millones de mascarillas ingresaran a los océanos solamente en 2020, de acuerdo con cifras de OceansAsia, organización sin fines de lucro que defiende la conservación marina. Como resultado, hubo entre 4680 y 6240 toneladas métricas adicionales de contaminación plástica marina. ¿No va eso contra la agenda verde que defiende el presidente demócrata?
Imposiciones en escuela de Maryland
Las mascarillas que decide usar Joe Biden no son lo único que parece asomar el regreso de las restricciones por COVID en EE. UU. Una escuela en Washington DC, en Maryland, determinó que estudiantes de tercer grado también lo hagan luego de varios casos positivos. El fundador del sitio web conservador OutKick, Clay Travis, publicó una carta que supuestamente fue enviada a todos los padres de la escuela.
La pauta dicta usarlas por 10 días dentro de las instalaciones, excepto para comer y beber. Luego de ese período “volverán a ser opcionales”. Como complemento, la escuela enviará a los hogares kits de pruebas caseras con los estudiantes .
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) dejaron por sentado en febrero de 2022 que ya no era necesario este implemento en interiores, incluidas las escuelas. Expertos aseguran que el virus permanecerá entre las personas causando menos impacto. Aún así, el presidente estadounidense y en algunos lugares como en esta escuela en Washington se resisten a volver a la normalidad.