martes, noviembre 26, 2024
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Washington, atrapado entre la justicia y la política

SONIA SCHOTT,

Si bien las telenovelas son conocidas en todo el mundo, sus orígenes se encuentran en Estados Unidos cuando surgieron, a principios de la década de 1930, con episodios radiales diurnos de 15 minutos.

El primer programa del género, dirigido principalmente a una audiencia femenina, fue Painted Dreams, estrenada en la radio WGN, de Chicago.

“Las amas de casa de mediados de siglo tenían más tiempo libre que las generaciones anteriores gracias, en parte, a innovaciones como el lavavajillas automático y la secadora de ropa. Y los especialistas en mercadeo estaban ansiosos de aprovechar el poder adquisitivo de este vasto nuevo grupo demográfico, como lo demuestran los anuncios de detergente que originalmente dieron origen al apodo en inglés soap opera”, según un artículo de la revista del museo Smithsonian, de 2019, publicado por Lorraine Ali, titulado Durante 70 años, la telenovela ha dado forma a la cultura pop estadounidense.

Su secreto estaba en una buena narrativa para cautivar a la audiencia, además de una trama complicada, un personaje polémico, un tema por capítulos, un diálogo intencional y por supuesto el espectáculo radial.

No obstante, la vida real también genera historias fascinantes.

El gran drama de la semana pasada no fue en realidad la reunión entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y su par chino, Xi Jinping, en Moscú. La atención general, estuvo centrada en una interrogante ¿Será el expresidente Donald Trump arrestado y procesado por un delito penal?

Su acusación inminente había sido anunciada por el mismo Trump y sus partidarios estaban listos para apoyarlo mientras se preguntaban ¿Se lo llevarán esposado?

Al final, no hubo arresto y el fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, quien dirige la investigación sobre si el expresidente pagó a la estrella de cine para adultos Stormy Daniels por su silencio sobre una posible aventura, acusó a Trump de generar deliberadamente falsas expectativas sobre su arresto.

Ahora, es difícil ver cómo un proceso legal puede separarse de la política ya que Trump acusó a Bragg, un funcionario demócrata electo, de anteponer intereses partidistas a la justicia.

Trump niega una aventura con Daniels, aunque ella recibió un cheque por 130.000 dólares, según confirmó el exabogado personal del entonces mandatario republicano, Michael Cohen, quien le hizo llegar la suma de su propio bolsillo, para luego ser reembolsado por su cliente.

La pregunta es si el dinero provino de fondos de la campaña presidencial y si esto violó la ley federal.

De todos los señalamientos que enfrenta Trump ante el Departamento de Justicia, el caso sobre Stormy Daniels, no es exactamente el más significativo o legalmente probado, y en todo caso podría tratarse como un presunto delito menor que daría lugar a una multa, pero no a prisión.

Sin embargo, ya sea que Bragg siga o no con el caso, es más probable que el ruido político creado le dé un impulso a Trump en su campaña bajo el argumento de que los demócratas lo persiguen. Eso le garantizará un tema para el debate.

Si cualquier otro político se enfrentara a acusaciones similares, probablemente sería el final de su carrera, Trump, por el contrario, ha usado todas las críticas a su favor.

Todavía queda un largo camino antes de las elecciones presidenciales de 2024, pero si el caso de Stormy Daniels es algo para tener en cuenta, la campaña de Trump no se verá perjudicada por alguna acción legal emprendida por el fiscal de distrito de Manhattan o por el Departamento de Justicia.

Las otras posibles acusaciones incluyen presuntos delitos relacionados con el ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio y si Trump incitó a sus partidarios. Otro señalamiento lo inculpa de sacar documentos clasificados de la Casa Blanca para llevarlos a su residencia en Florida.

Si bien estos casos podrían conducir a cargos federales, cualquier paso que tome el Departamento de Justicia contra Trump enfrentará dudas sobre sus verdaderos objetivos.

Un arresto de Trump también crearía dificultades para otros rivales republicanos, pues si alguno de ellos exigiera su retiro de la nominación ¿ayudaría eso a su causa o la obstaculizaría? O bien ¿Los presentaría como traidores ante seguidores de Trump?

De cualquier manera, Trump probablemente ya está complacido con toda la publicidad que mantiene en vilo a su audiencia, al mejor estilo de una novela.

Fuente: Diario Las Américas

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