«Cuando las autoridades estatales o locales impiden hacer su trabajo a sus propias fuerzas y agencias de seguridad, se pone en peligro a ciudadanos inocentes que merecen protección, incluidos quienes se concentran y manifiestan pacíficamente», explicó el Fiscal General estadounidense, William Barr.
«No podemos permitir que los dólares de los impuestos federales se malgasten cuando la seguridad de la ciudadanía está en juego. Espero que las ciudades identificadas hoy por el Departamento de Justicia den marcha atrás y se pongan en serio con sus funciones básicas de gobierno y empiecen a proteger a sus ciudadanos», apuntó Barr.
Tiroteos e incremento de la violencia en esa ciudades
Barr se refirió concretamente a Nueva York, donde el alcalde Bill de Blasio y el gobernador Andrew Cuomo «rechazaron el apoyo de las fuerzas de seguridad federales» y han relacionado el incremento de los tiroteos en julio y agosto con «los saqueos y protestas».
Las autoridades neoyorquinas han reconocido un aumento del 177 por ciento en los tiroteos durante el mes de julio en comparación con el mismo mes del año anterior, pero las estadísticas no contemplan los motivos de estos incidentes, pero manifestaron que emprenderán acciones legales si la Casa Blanca cumple con lo que ha dicho.
En el 2019, Nueva York recibió 8.400 millones de dólares en fondos federales, el 9,1% de su presupuesto.
El gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, advirtió que si el gobierno central intenta privar a la ciudad de Nueva York de algunos de sus fondos federales, emprenderá acciones legales.
El presidente Trump ha reiterado que las autoridades locales de Nueva York, Seattle y Portland permitieron que se desarrollara «la anarquía, la violencia y la destrucción» en sus territorios, incluso no procesaron ante la justicia a grupos de delincuentes que causaron el caos y detrozos en la Gran Manzana.
Portland y Seattle están en la lista negra del gobierno federal por no haber frenado los excesos ocurridos al margen de las manifestaciones vinculadas a la muerte de George Floyd durante su detención en Minneapolis.
En el caso de Seattle, la administración de Trump critica principalmente la «zona autónoma» establecida en un distrito de la ciudad donde la Policía recibió órdenes de retirarse y luego el ayuntamiento local decidió por mayoría reducir de forma considerable el presupuesto de la agencia, lo que provocó la renuncia de la jefa de policía de Seattle, la afroamericana Carmen Best.
La alcaldesa Jenny Durkan ha informado de un incremento del 525 por ciento en los «delitos relacionados con personas» en la zona de protesta junto al capitolio estatal, puntualizó el fiscal general William Barr. Sin embargo. el gobernador del estado de Washington, al que pertenece Seattle, Jay Inslee, ha criticado las acciones de Trump y la idea de retirar los fondos federales.
En Portland, escenario de protestas sostenidas durante casi tres meses, la tensión se multiplicó cuando en el verano Trump envió a fuerzas federales pese a la negativa del alcalde, Ted Wheeler.
Fuente: Diario las Américas