La afinidad de la presidente de Honduras, Xiomara Castro, con el régimen cubano avanza con fuerza. Ahora cerraron la contratación de una nueva delegación de médicos cubanos, para así reforzar los servicios de cardiología y endocrinología de los 33 hospitales que conforman parte de la red asistencial de salud de la nación centroamericana.
De La Habana partirán en enero 88 médicos cubanos a Tegucigalpa. Aún no tienen en su calendario una fecha de retorno. Todos enfrentarán las prácticas abusivas de la dictadura cubana que pasan por la confiscación de sus pasaportes, pagos ínfimos por sus labores, así como también amenazas contra ellos y sus familias si abandonan el programa asignado.
Si bien los primeros médicos cubanos llegaron a Honduras en 1998, cuando el país centroamericano fue devastado por el huracán Mitch, que causó más de 5000 muertos, las entradas se suspendieron en 2019. Posteriorment, se retomaron en 2020, ante la contingencia del coronavirus se autorizó el ingreso de 426 profesionales.
Al margen de la esclavitud a la que son sometidas las misiones de los médicos cubanos, José Manuel Matheu, ministro de la Secretaría de Salud de Honduras, informó que estos especialistas no serán pagados con presupuesto de su cartera. La razón de ello es que la importación de los galenos caribeños es parte de “un convenio”, cuya retribución saldrá del presupuesto de la jefatura de Estado.
Una ironía presidencial
Sin embargo, el arribo de la misión médica cubana a Honduras es incomprensible para el gremio de la localidad, considerando que la nación cuenta con 20250 médicos inscritos. Sin embargo, 11000 de ellos están desempleados.
Además, este trato con la dictadura cubana ocurre en medio del escándalo de la solicitud hecha por la ministra hondureña de Finanzas, Rixi Moncada, al embajador de España en Tegucigalpa, Diego Nuño García, para “redireccionar” un préstamo de 70 millones de euros aprobados por el Fondo para la Promoción del Desarrollo (FONPRODE) de Cooperación española en 2020 —durante la visita de la reina Letizia— tras el paso de los huracanes Eta e Iota, para la construcción de tres hospitales. La mencionada petición de la titular de la cartera financiera fue rechazada por el diplomático.
Ahora, “es irónico que el gobierno contrate y pague a profesionales cubanos. Nos oponemos frontalmente a estas decisiones políticas, que solo se hacen para ayudar a otro país” indicó la presidenta del Colegio Médico de Honduras (CMH), Helga Codina, quien solicita nuevos concursos para médicos.
De acuerdo con Codina, cada galeno de la isla supone mensualmente 1000 dólares. Sin embargo, el régimen cubano sólo entrega entre 360 y 450 dólares a los trabajadores de la salud. Esa forma de operar del castrismo, que ya se conoce ampliamente, forma parte de las denuncias que presentó la organización Cuban Prisoners Defenders (CPD) ante la Corte Penal Internacional y la Organización Mundial de la Salud en contra de los gobiernos de México, Italia y Catar por facilitar “la trata de personas, esclavitud, persecución y otros actos inhumanos contra los médicos cubanos”.
El documento contiene 405 testimonios protegidos, que se recopilaron con ayuda de formularios online, los cuales se diculgaron en diversas plataformas mediáticas. A esto se le suma también la verificación y documentación de otros 217 testimonios de afectados que se hicieron públicos previamente.
La vocera de la represión
La dotación de médicos cubanos negociada por la mandataria hondureña confirma, sin ninguna duda, su alianza con regímenes autoritarios que provoca divisiones al interior de su gobierno. Hace tan solo dos meses, Xiomara Castro, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional, desautorizó al designado presidencial (equivalente a vicepresidente), Salvador Nasralla, para referirse a temas de política internacional por exhortarla en redes sociales a reconocer “las limitaciones de comida y de todas las cosas básicas que sufren los cubanos”. Él lo confirmó en entrevista con PanAm Post.
En lugar de admitir lo solicitado por el segundo al mando en la nación centroamericana, Castro optó por censurarlo alegando que sus expresiones “son de carácter estrictamente personal y no son las del Gobierno de la República”. Es cierto. Ella está del lado de los sistemas represivos de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
En su discurso ofrecido la última Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, defendió sus intereses condenando “el cese del bloqueo que sufren”. Sus palabras no pasan desapercibidas para el Congreso estadounidense donde la republicana María Elvira Salazar, miembro del subcomité de la Cámara de Representantes para América Latina y el Caribe, asegura que “Castro abraza la ideología del socialismo”, sin ningún reparo en las consecuencias.