Se trata de los diputados correístas Gabriela Rivadeneira, Soledad Buendía, Carlos Viteri y Luis Molina, así como las parejas de los tres primeros, que entraron en la Embajada de México en Quito entre el 12 y el 14 de octubre, aunque no tienen procesos judiciales en su contra.
Valencia ha destacado «la línea de respeto a los instrumentos internacionales que ha mantenido el Gobierno» de Moreno. «Hoy, Ecuador regresó al orden democrático y respeta plenamente el ordenamiento jurídico nacional y sus responsabilidades derivadas del Derecho Internacional», ha recalcado.
Además, se ha mostrado seguro de que, pese a la salida de estas personas del país, «la conspiración para atentar contra la democracia y los hechos violentos de octubre serán esclarecidos por la Justicia y que sus responsables serán sancionados siguiendo el debido proceso«.
Asimismo, ha considerado que con este gesto quedan desacreditadas las denuncias de «persecución política» esgrimidas por Correa y sus seguidores que, según ha reprochado, «buscan la impunidad ante los delitos por los que muchos son hoy procesados por órganos judiciales independientes».
«La única manera en que nunca se repitan los ataques y las persecuciones y de que el Poder Judicial (no quede) en manos del gobernante de turno es demostrar en los hechos que la democracia es la única respuesta y que, dentro de ella, la separación de poderes y el respeto a los Derechos Humanos son cruciales», ha sostenido.
Moreno fue el vicepresidente de Correa durante gran parte de sus diez años de Presidencia, por lo que recibió su firme respaldo para sustituirle en el cargo. Sin embargo, una vez en el Palacio de Carondelet, ambos se distanciaron por las investigaciones del nuevo Gobierno contra el expresidente y sus antiguos colaboradores por corrupción.
Fuente: Diario de las Américas