Las autoridades comunistas prohibieron entonces la manifestación, acusando a sus promotores de querer provocar un cambio de régimen con el apoyo de Washington, y programaron para ese día celebraciones por el 502 aniversario de La Habana.
«Nadie va a aguarnos la fiesta», enfatizó el presidente Miguel Díaz-Canel ante parlamentarios en una clara posición desafiante.
Sin embargo, los opositores no se dan por vencidos. «Consideramos que su respuesta fue ilegal entonces creemos justo insistir en la marcha», dijo Saily González, de 30 años y organizadora de la protesta en la central ciudad de Santa Clara.
Según la ONG Cubalex, 1.175 personas fueron arrestadas por esas protestas, que dejaron un muerto y decenas de heridos. Aún hay 612 detenidos.
«Yo creo que a esas personas se lo debemos», insistió Saily, refiriéndose a los detenidos por el 11 de julio que siguen en prisión. Aunque, esta vez no habrá efecto sorpresa.
González y el dramaturgo Yunior García, de 39 años, creador en Facebook del grupo de debate político Archipiélago y organizador de la manifestación en La Habana, han sido acusados por el gobierno de recibir financiamiento de Washington para desestabilizar la isla.
El noticiero de la televisión estatal acusó a Yunior García de promover «un golpe de Estado suave», luego de haber recibido adiestramiento en el extranjero. El señalamiento se basó en el testimonio de un médico que reveló ser agente infiltrado de la Seguridad del Estado.
Sin embargo no quedan dudas: La manifestación del 15N eriza al régimen castrista.