Álex Saab, el presunto testaferro de Nicolás Maduro, está preso en Estados Unidos. Mientras él espera su segunda audiencia en la que decidirá si acepta o no o los cargos de conspiración para la lavar dinero, una de las empresas vinculadas a su red de negocios en México vende insumos de limpieza al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, sin participar en concursos, ni mucho menos en licitaciones.
Según el periodista Carlos Loret, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), le entregó directamente a ‘El Sardinero’ un contrato por 9 500 000 de pesos mexicanos equivalentes a 461 000 dólares para adquirir 27 000 kits de aseo personal e igual número de kits de limpieza para vivienda con el “pretexto” de que serían distribuidos entre los damnificados en Veracruz, Puebla, Michoacán, Jalisco, Sinaloa, Hidalgo y Baja California Sur afectados por las lluvias.
En su programa Latinus, Loret afirma que este pacto se hizo “sin comparar precio,s ni buscar más opciones” porque la Sedena pagó 103 pesos mexicanos -equivalentes a 5 dólares- por cada una de las bolsas que contenía un jabón de tocador, un paquete con cuatro rollos de papel higiénico, una pasta dental y cuatro cepillos de dientes cuyo precio en el mercado no superaría los 70 pesos cada uno (alrededor de tres dólares).
Álex Saab en medio
‘El Sardinero’ también le vendió al Ejército una cubeta de plástico, una escoba, un detergente y otros tres productos de limpieza por 198 pesos cada uno -unos 10 dólares- a pesar de que esta empresa, propiedad de José Carlos Fernández Francés, está en investigación por lavado de dinero y fraude desde hace dos años por parte del la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de México.
La instancia descubrió la emisión de facturas fiscales por un total de 238 000 000 de dólares a favor de Group Gran Limited, una empresa ligada a Alex Saab, utilizada por el chavismo para exportar alimentos de mala calidad con sobreprecios.
En su declaración precisó que la empresa Group Grand Limited, constituida por Saab en Hong Kong, incurrió en «delitos de lavado y de naturaleza fiscal por no hacer declaración de impuestos» con un esquema de envío de alimentos desde Cuautitlán Izcalli, Estado de México, en las instalaciones de El Sardinero, donde se empacaban los alimentos hasta el puerto de La Guaira en Venezuela.
Una vez la mercancía ya colocada en los contenedores recorría 28 kilómetros vía terrestre de instalaciones de El Sardinero hacia la Terminal Intermodal de ferrocarril Pantaco, en la delegación Azcapotzalco de la Ciudad de México.
Una misión con encomienda
Luego, en Pantaco, la misión era llenar un ferrocarril con 300 contenedores (390 000 despensas) para recorrer los 425 kilómetros entre este terminal de Ciudad de México y el Puerto de Veracruz, donde los recibían la naviera Hapag-Lloyd.
En el Puerto de Veracruz, luego de pasar los trámites aduanales, el buque Viking Merlin o en el buque CNP Paita cargaba entre 600 y 400 contenedores con cajas identificadas con las siglas «CLAP» para ser transportados sobre el Golfo de México hasta llegar a las costas de Venezuela, una travesía de 3500 kilómetros en cinco días.
Este esquema de cargamentos transportó dinero en efectivo, camuflado en pacas, de los cárteles mexicanos en pago por los envíos de droga remitidos por los dirigentes chavistas.
Funcionarios del entorno de Nicolás Maduro resultaron desde entonces bloqueados en México desde para realizar operaciones en el sistema financiero. La lista la encabeza Delcy Rodríguez, vicepresidente de Venezuela; Tareck El Aissami, ministro del Poder Popular de Petróleo de Venezuela y tres hijastros de Nicolás Maduro e hijos de su esposa Cilia Flores: Walter Jacob Gavidia Flores, Yosser Daniel Gavidia Flores y Yoswal Alexander Gavidia Flores.
Un fiscal hecho al lado
“El presidente Andrés Manuel López Obrador siempre ha mantenido una postura de no injerencia de asuntos políticos con otros países, pero no podemos tolerar el lavado de dinero en nuestro territorio, sea de quien sea. El compromiso es llegar hasta las últimas consecuencias en este caso”, aseguró Nieto.
Pero se equivocó. AMLO lo destituyó esta semana. Su boda con la consejera electoral Carla Humphrey en Guatemala se volvió una tormenta en su contra cuando trascendió que un nutrido ramillete empresarios, políticos y funcionarios públicos viajó para participar en el ostentoso enlace donde diez de ellos fueron retenidos por la policía centroamericana por llevar a bordo de un avión un sobre que contenía 35 000 dólares cuyo origen nadie ha explicado con claridad hasta ahora.
Pablo Gómez será su relevo porque “ha resistido todas las tentaciones”a lo largo de su carrera política dice el presidente mexicano pero hay dudas sobre este argumento para justificar la remoción cuando El País divulga que Nieto representaba “al máximo exponente de la lucha contra la corrupción en el país y mano derecha de López Obrador” por ser un “fiscal simbólico con una imagen de funcionario recto e incómodo para el poder en su lucha por una justicia independiente”.
Ahora, su sucesor “tiene un perfil parece alejado de las modernas formas de defraudación actuales, donde se combinan el campo cibernético o las monedas virtuales con las triangulaciones internacionales” según el medio español. Quizá El Sardinero nade sin temor a la pesca.
Fuente: Forbes México