Cada una de las decisiones que este año tome Joe Biden, el presidente de Estados Unidos, tendrán un costo político de cara a las elecciones de noviembre. El mandatario lleva a cuestas una desaprobación de 55,4 %, según el promedio que hace el portal Five Thirty Eight, y las expectativas no apuntan a que mejore. Sumado a sus desaciertos internos, el planeta también observa su posición frágil frente a países patrocinadores del terrorismo o a dictaduras que firman acuerdos y luego se niegan a cumplirlos.
Irán, controlado por el régimen islámico, entra en ambas categorías. El miembro del “eje del mal” —integrado también por Rusia y China— ha salido beneficiado por la Administración Biden. Como resultado, el año pasado las exportaciones de petróleo iraní aumentaron 50 %, su mayor récord en cinco años, lo cual amplía la oferta en el mercado mundial.
Teherán no solo obtuvo una extensión en la exención de sanciones que se tradujo en 10.000 millones de dólares, también logró que la Casa Blanca hiciera la vista gorda cuando se trata de sus exportaciones petroleras. No es un secreto que Irán utiliza transferencias de barco a barco en el mar y falsifica sus datos para evadir las sanciones. Washington lo sabe, pero hay conveniencias políticas más poderosas tras bambalinas. Por ejemplo, la necesidad de Biden de conseguir la reelección.
El miedo de Biden al precio de la gasolina
Aunque ha habido fluctuaciones de precios por la guerra en Medio Oriente entre Israel y Hamás o los ataques de los rebeldes hutíes contra barcos comerciales en el Mar Rojo, los precios del petróleo se han mantenido relativamente estables. ¿Por qué? En parte porque tal como apuntó el portal Nikkei Asia, “la Administración del presidente Joe Biden ha adoptado un tono más ligero y, de hecho, ha aceptado tácitamente las exportaciones de Irán”.
Como resultado, Irán produjo “2,99 millones de barriles de petróleo diarios el año pasado, 440.000 barriles más que en 2022”, según la Agencia Internacional de Energía. Todo tiene que ver con el precio de la gasolina en EE. UU., ya que podría volver a costar 5 dólares por galón (récord alcanzado en 2022) y Biden, “que ya es un presidente enormemente impopular, no puede tolerar eso”, apuntó certeramente un artículo difundido por Fox News.
Biden tiene sobre sus hombros la necesidad de mantener a flote su popularidad devenida a menos y la presión de petroleras estadounidenses que hacen negocios con el chavismo. Todo se traduce en votos rumbo a noviembre de este año, de manera que cada pieza del rompecabezas cuenta. Sobre todo al tener una intención de voto de 43 % frente a 45 % del expresidente Donald Trump en distintas encuestas.
Irán activa ejercicios navales
Mientras en Nevada se realiza el caucus republicano y las primarias demócratas, los medios iraníes anunciaron ejercicios navales con Rusia y China destinados a la “seguridad regional”.
No indicaron en qué parte del planeta pretenden llevarlos a cabo, pero la pista podría estar en los que hicieron en marzo de 2023: el Golfo de Omán, cerca de Yemen, donde operan los hutíes, los extremistas islámicos que profesan “la muerte a Estados Unidos y a Israel” y cuentan con el respaldo de Teherán. En paralelo al movimientos de barcos de guerra, Irán sigue aumentando sus reservas de divisas, como lo comprobó el mismo Fondo Monetario Internacional (FMI).