El presidente izquierdista de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha asegurado este martes no sentirse preocupado por la movilización «fascista» del domingo en Río de Janeiro, en la que su antecesor, Jair Bolsonaro, logró reunir a más de 33.000 personas según estimaciones.
«No vi el acto (…) no me preocupan actos de fascistas, lo que me importa es hacer que este país funcione», ha dicho durante un encuentro con periodistas este martes en el Palacio del Planalto, en Brasilia, recogen medios oficiales.
En esta ocasión, Lula ha optado por restar importancia a un acto que ya tuvo un antecedente similar en febrero en Sao Paulo y que valoró como lo suficientemente «grande» como para no poder negar que se produjo.
Entre quienes fueron a Copacabana este domingo se encontraban el exministro de Defensa Walter Braga Netto y el presidente del Partido Liberal (PL), Valdemar Costa. Varios aliados más tuvieron que participar por separado por sus medidas cautelares en el marco de la investigación por su implicación en un supuesto golpe.
Bolsonaro aprovechó el baño de masas para arremeter contra viejos conocidos de sus diatribas, como el juez del Tribunal Supremo Alexander de Moraes, quien en los últimos días ha sido también señalado por el dueño de la red social X, Elon Musk, a quien el expresidente ensalzó.
A su vez, volvió a pedir una amnistía para todos los detenidos por los hechos que se produjeron en enero del año pasado en Brasilia, después de que centenares de personas ocuparan la sede de los Tres Poderes.