LUIS ZÚÑIGA,
Sin lugar a dudas, en la historia de los Estados Unidos ha habido aspirantes a la presidencia de todos los niveles, desde muy buenos hasta muy malos. Sin embargo, con la categoría de candidato, es decir, nominado por uno de los partidos, Kamala Harris luce muy por debajo de todos. La vicepresidenta no ha mostrado estar capacitada para tan alta responsabilidad. No se trata de una evaluación prejuiciada por ser mujer o por pertenecer a una minoría, se trata de su preparación y conocimientos políticos, económicos e internacionales.
Es fácilmente comprensible que sus simpatizantes no hayan visto sus torpezas o incapacidades para expresarse, y no me refiero a errores de nombres o lugares, sino a su incapacidad para expresar ideas o pensamientos coherentes o sensatos. Sus seguidores, seguramente, solo ven canales de televisión de la izquierda y esos canales se cuidan mucho de no mostrar esas deficiencias. Pero las personas que ven un abanico de canales están conscientes de esa realidad porque es frecuente y repetitiva.
Una evidencia difícil de negar es la evasiva permanente de la Sra. Harris de no dar conferencias de prensa ni contestar las preguntas específicas que algún periodista logra lanzarle en algún lugar público. Hasta la presentadora de MSMBC, Stephanie Ruhle, tuvo que admitir, de mala gana, que la Sra. Harris evadió contestar sus preguntas específicas sobre economía, política y otros temas en la entrevista del miércoles 25 de septiembre.
Hasta este momento nadie sabe cuáles son las propuestas ni los planes que Kamala Harris tiene para resolver la multitud de problemas que enfrentan los estadounidenses: la inflación, la frontera sur abierta, la alta criminalidad, los peligros de conflictos internacionales con Rusia, China e Irán, la enorme deuda acumulada y la decreciente actividad industrial, entre otros muchos problemas.
Tal parece que Kamala tiene la intención aplicar las técnicas de Nancy Pelosi: “Voten por Kamala Harris y después veremos cuáles son sus planes…”
Cuando el presidente Joe Biden la envió a Europa en febrero del 2022 para hablar con los líderes de esa región sobre la situación en Ucrania, la Sra. Harris dejó estupefactos a los líderes europeos en la Conferencia de Seguridad en Munich, Alemania, por sus “ensaladas de palabras” que dejaban a todos preguntándose qué quiso decir. https://nypost.com/2022/02/21/kamala-harris-slammed-for-word-salad-response-to-ukraine-russia-questions/ .
Cuando el Presidente Biden la nombró para que investigara y resolviera “los problemas en la frontera sur”, la Sra. Harris jamás publicó algún estudio o iniciativa, ni informó a los estadounidenses sobre sus conclusiones. De hecho, jamás realizó estudio alguno sobre esa problemática situación. Su única respuesta sobre la frontera fue que “estaba segura”, una mentira indiscutible.
Revisando su resumé político tampoco se puede encontrar talento político. Su paso por el senado federal ha sido sin luces ni sustancia. El informe no partidario de la actividad legislativa de la senadora Kamala Harris dice: La senadora Harris solamente presentó (patrocinó) un proyecto de ley. Esa actividad la colocó en la categoría de cero entre los senadores novatos, cero entre los senadores demócratas y en el percentil del 1% entre todos los senadores. https://www.govtrack.us/congress/members/kamala_harris/412678/report-card/2020
Además, ese informe la clasifica como la más izquierdista entre todos los miembros del senado, y estar colocada a la izquierda política de Bernie Sanders tiene que hacer sonar una alarma muy seria sobre su elección a la presidencia, no solo para los votantes independientes sino para los demócratas tradicionales también.
Notemos así mismo que los únicos anuncios que la Sra. Harris ha mencionado en temas económicos han sido: establecer un control de precios e imponerles impuestos a las ganancias de capital no realizadas. Estas dos medidas son indiscutiblemente medidas socialistas que conducirían a incrementar los problemas económicos de Estados Unidos.
Ningún candidato puede ignorar la peligrosa situación internacional, pero la Sra. Harris no ha dicho una sola palabra al respecto. No podemos imaginar siquiera el resultado de una conversación cara a cara entre Xi Jinping y la Sra. Harris. No olvidemos las acciones internacionales que realizaron los enemigos de Estados Unidos cuando el Presidente Biden demostró incapacidad en la desastrosa retirada de Afganistán, una de ellas la guerra que lanzó Vladimir Putin contra Ucrania.
En el caso de la candidata Harris debemos agregar la implicación política que significa su escogido para la vicepresidencia, el gobernador Tim Waltz, un político identificado con opiniones políticas de extrema izquierda. Waltz es un abierto simpatizante del régimen comunista de China y que no tuvo escrúpulo alguno en realizar su boda en la Plaza de Tiananmen, el mismo lugar donde ese régimen que admira asesinó a decenas de miles de disidentes chinos que protestaban y que fueron tiroteados y aplastados por tanques de guerra. En sus aulas como maestro, el Sr. Waltz acostumbraba a hablar muy bien del régimen comunista chino.
Esta candidatura Harris-Waltz no aboga por una política socialdemócrata, a la que algunos, erróneamente, llaman “socialista”. Este dueto aboga por el socialismo real, el que padecieron la Unión Soviética, Europa Oriental y que aún vive en China, Corea del Norte, Cuba, Venezuela y Nicaragua entre otros.
La historia muestra lo que ha ocurrido a los países que cometieron el error que elegir o permitir que los socialistas reales tomen control del gobierno: pérdida de los derechos y libertades fundamentales, ruina económica, confiscación de negocios y propiedades privadas, aplastamiento de la justicia, eliminación de los partidos políticos, adoctrinamiento marxista y materialista obligatorio en las escuelas, aborto sin limitaciones ni de tiempo ni de edades y emigraciones masivas para escapar de tanto desastre.
El socialismo impone, además, la destrucción de la sociedad civil que conocemos porque elimina los medios de prensa libre, los sindicatos independientes, las asociaciones profesionales, los centros educacionales privados y limita o anula las libertades religiosas.
Los votantes norteamericanos deben estar conscientes que una vez que los socialistas toman control del gobierno, sacarlos del poder cuesta años de sufrimientos. También deben estar conscientes de que ésta será la elección presidencial más peligrosa en la historia de este gran país.
Luis Zúñiga
Analista político
Ex diplomático