La Casa Blanca quiere gastar más en armamento para la Organización del Atlántico Norte (OTAN), así como subir los impuestos a los más ricos y a los pequeños y medianos empresarios, según el proyecto presupuestario publicado este lunes.
La propuesta de presupuesto de la Casa Blanca para 2023 (que cubre el periodo de 1 de octubre del 2022 al 30 de septiembre) por un total de 5,8 billones de dólares, detalla las prioridades de gasto de la administración Biden para el próximo año, muy similar al enorme paquete de gastos del año en curso que tuvo que ser severamente cambiado.
«El impuesto mínimo solo se aplicaría a los hogares más ricos -aquellos con más de 100 millones de dólares- y más de la mitad de los ingresos provendrían solo de los multimillonarios», precisó la Casa Blanca en un comunicado.
En el 2021, el presidente Joe Biden dijo lo mismo sobre el plan de presupuesto del 2022, pero la subida histórica de impuestos que pretendía afectaba a la mayoría de los estadounidenses.
Según versiones de Washington, «esto garantizaría que en un año paguen al menos el 20% de sus ingresos totales en impuestos sobre la renta», añadió.
El presupuesto de 2023 también planea aumentar la tasa del impuesto sobre las sociedades al 28%, revirtiendo la legislación aprobada en 2017 por el gobierno anterior del expresidente Donald Trump (2017-2021), que la redujo al 21%.
«Aunque sus ganancias se dispararon, su inversión en nuestra economía no lo hizo: las exenciones fiscales no llegaron a los trabajadores ni a los consumidores», justificó la Casa Blanca. Sin embargo, economistas afirman lo contrario. Esa medida de Trump aportó grandes beneficios como la creación de empleos, mentener bajos los precios de los productos de consumo y ampliar las inversiones y el florecimiento de los pequeños y medianos empresarios, entre otros.
El gobierno de Biden propuso un acuerdo negociado con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que establece un impuesto mínimo del 15% para las empresas a nivel mundial.
La administración Biden señala que el proyecto presupuestario contiene medidas, ya implementadas por Trump, para garantizar que las empresas multinacionales que operan en EEUU no puedan usar paraísos fiscales para reducir el impuesto mínimo global.
El escándalo más sonado de este tema fue el de Hunter Biden, el propio hijo de Joe Biden, asociado a la empresa petrolera ucraniana Burisma y sus negocios turbios financieros.
Ahora Biden también propone 6.900 millones de dólares para la Iniciativa Europea de Disuasión, para la alianza atlántica OTAN y la «lucha contra la agresión rusa» a Ucrania y 1.000 millones adicionales de asistencia para Kiev,cuando ya han sido aprobados más de 15,000 millones de dólares.
El Congreso debe aprobar el controversial presupuesto, muy similar al rechazado para el 2022 y que tuvo que ser ampliamente modificado para su aceptación.
Los fondos -según Biden- se utilizarían para «mejorar las capacidades y la preparación de las fuerzas estadounidenses, de los aliados de la OTAN y de los socios regionales frente a la agresión rusa» a la soberanía ucraniana.
Con una inflación que sobrepasa el 8% en EEUU y una deuda por encima de los 30 billones de dólares, entre muchos otros problemas nacionales, Biden sigue enfocado en los asuntos internacionales y contra Rusia, la misma pesadilla que desarrolló el gobierno de Barack Obama cuando en realidad el principal enemigo económico y militar de Washington es China.
Fuente: Diario las Américas
En el 2021, el presidente Joe Biden dijo lo mismo sobre el plan de presupuesto del 2022, pero la subida histórica de impuestos que pretendía afectaba a la mayoría de los estadounidenses.
Según versiones de Washington, «esto garantizaría que en un año paguen al menos el 20% de sus ingresos totales en impuestos sobre la renta», añadió.
El presupuesto de 2023 también planea aumentar la tasa del impuesto sobre las sociedades al 28%, revirtiendo la legislación aprobada en 2017 por el gobierno anterior del expresidente Donald Trump (2017-2021), que la redujo al 21%.
«Aunque sus ganancias se dispararon, su inversión en nuestra economía no lo hizo: las exenciones fiscales no llegaron a los trabajadores ni a los consumidores», justificó la Casa Blanca. Sin embargo, economistas afirman lo contrario. Esa medida de Trump aportó grandes beneficios como la creación de empleos, mentener bajos los precios de los productos de consumo y ampliar las inversiones y el florecimiento de los pequeños y medianos empresarios, entre otros.
El gobierno de Biden propuso un acuerdo negociado con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que establece un impuesto mínimo del 15% para las empresas a nivel mundial.
La administración Biden señala que el proyecto presupuestario contiene medidas, ya implementadas por Trump, para garantizar que las empresas multinacionales que operan en EEUU no puedan usar paraísos fiscales para reducir el impuesto mínimo global.
El escándalo más sonado de este tema fue el de Hunter Biden, el propio hijo de Joe Biden, asociado a la empresa petrolera ucraniana Burisma y sus negocios turbios financieros.
Ahora Biden también propone 6.900 millones de dólares para la Iniciativa Europea de Disuasión, para la alianza atlántica OTAN y la «lucha contra la agresión rusa» a Ucrania y 1.000 millones adicionales de asistencia para Kiev,cuando ya han sido aprobados más de 15,000 millones de dólares.
El Congreso debe aprobar el controversial presupuesto, muy similar al rechazado para el 2022 y que tuvo que ser ampliamente modificado para su aceptación.
Los fondos -según Biden- se utilizarían para «mejorar las capacidades y la preparación de las fuerzas estadounidenses, de los aliados de la OTAN y de los socios regionales frente a la agresión rusa» a la soberanía ucraniana.
Con una inflación que sobrepasa el 8% en EEUU y una deuda por encima de los 30 billones de dólares, entre muchos otros problemas nacionales, Biden sigue enfocado en los asuntos internacionales y contra Rusia, la misma pesadilla que desarrolló el gobierno de Barack Obama cuando en realidad el principal enemigo económico y militar de Washington es China.
Fuente: Diario las Américas