CARACAS.- La canasta básica en Venezuela, que además de gastos de alimentación incluye otros rubros como educación, transporte y servicios, alcanzó un costo de $1.200 para una familia de cinco miembros, según Óscar Meza, director del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación de Maestros (Cendas-FVM), monto que contrasta dramáticamente con el salario mínimo actual en el país caribeño que es de $3.5 mensuales, equivalentes a 130 bolívares.
El pasado 1 de mayo, Nicolás Maduro anunció que el «ingreso mínimo integral» de los trabajadores, el cual está compuesto casi en su totalidad por bonos, pasaba de $100 a $130 mensuales. Este salario integral lo componen los llamados Bono de alimentación, que es de $40 mensuales, y el llamado Bono contra la guerra económica, que pasó de $60 a $90.
El Bono de Alimentación se paga a los trabajadores que prestan servicios en el sector público y privado, con el propósito de compensar en parte el salario mínimo, una situación que crea dependencia del Estado.
Sin embargo, los trabajadores venezolanos se quedaron esperando un aumento del salario mínimo, el cual cual no ha sufrido variación desde marzo de 2022. En ese entonces, el salario mínimo fijado en Bs.130 equivalía a $30, de acuerdo al cambio de la divisa estadounidense, la cual se toma como referencia en Venezuela para fijar precios.
Pero al día de hoy, esos Bs130 equivalen apenas a $3.5, debido a la devaluación del bolívar, que ha perdido un 88% de su valor frente al dólar en estos 25 meses.
Los críticos del régimen rechazan que en los últimos años casi la totalidad de los ingresos de los trabajadores sean bonos, ya que estos no tienen incidencia en otros beneficios laborales como vacaciones o prestaciones sociales.
De acuerdo a Mauro Zambrano, coordinador de la Red Sindical, el 95 % de los salarios del personal de la administración pública se encuentra bonificado, reseñó Efecto Cocuyo.
En tanto, Maduro no hizo anuncios para los jubilados y pensionados, quienes reciben una pensión del Estado equivalente al salario mínimo.
En la práctica, el salario mínimo que devengan millones de venezolanos no alcanza para comprar un litro de aceite de maíz que cuesta $3.69, ni mucho menos un kilo de carne que está entre los $6 y $9, de acuerdo al corte y calidad.
A lo largo de los 25 años de régimen socialista, Venezuela ha estado sometida a una severa crisis, signada por una alta inflación, bajos salarios y elevados precios, que ahora se fijan de acuerdo con su costo en dólares.
Los sindicatos reclaman un salario mínimo equivalente a 200 dólares.
Según el mismo Cendas-FVM, en el pasado mes de marzo, la canasta alimentaria tenía un costo de $554. De acuerdo a estos datos, una familia de cinco miembros necesita 155 salarios mínimos al mes solo para los gastos de alimentación.
«No hubo aumento de salario mínimo el 1 de mayo, cuando se esperaba que al menos se revalorizara a $30 de acuerdo con lo que se prometió en el año 2018 cuando se dijo que el salario era equivalente a medio petro. Eso sería elevar el salario a 1.110 bolívares», dijo Meza en un programa televisivo.
Con respecto a la cesta básica, el director del Cendas-FVM indicó que no contempla gastos extraordinarios derivados de salud o mantenimiento de vehículos.
«Esto es una debacle salarial. La situación de los pensionados es aún más crítica. Se ha dicho que se le otorgará 32.5 dólares aunque no ha sido oficializado», manifestó.
Precisó que el referencial para aumentar el salario es el valor de la canasta básica, según lo que estipula el artículo 91 de la Constitución de Venezuela.
«Estamos muy lejos de que el sueldo mínimo cubra la canasta alimentaria y mucho más lejos todavía de que alcance para la canasta básica», indicó.
El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) documentó, en 2022, 3.185 protestas de trabajadores de distintos gremios en reclamo de reivindicaciones salariales, y en 2023, fueron 4.100 las protestas en todo el país por la misma razón.