LA HABANA, CUBA.- Si usted conduce por la vieja Carretera Central o por la Autopista Nacional, cuando cae la noche, desde que sale de La Habana, observará a un país a oscuras. Cuenta Luis Ernesto, chofer de un funcionario de salud pública, que el jueves 14 de marzo viajó hasta al municipio de Cumanayagua, Cienfuegos, provincia a más de 350 kilómetros al sureste de la capital, y durante el trayecto de cuatro horas no había luz por ninguno de los poblados que pasó.
“Era un apagón total. Excepto los dueños de cafeterías que tienen plantas eléctricas, el resto de los caseríos y ciudades estaban en tinieblas. Los lugareños me dijeron que desde mediados de enero tienen apagones de ocho a catorce horas diarias y que en el mes de marzo se han agravado. La pasada semana estuvieron doce horas seguidas sin luz. Es un abuso. Sin comida, sin futuro y con alumbrones de cinco o seis horas al día. Los cienfuegueros están más arriba de los cojones con los dirigentes del gobierno. No aguantan una mentira más”, afirma Luis Ernesto.
Gisela, residente en la ciudad de Cienfuegos, confiesa que al igual que están al límite y frustrados por la situación. «El precio de los alimentos sube por día, la poca comida que se puede comprar se nos echa a perder en el refrigerador por culpa de los extensos apagones. Mientras la mayoría estamos arañando la tierra, un grupo de bandoleros del partido comunista provincial en combinación con oficiales del MININT están robando a manos llenas. Los atracos y despelotes son a la cara. La mayoría de los cienfuegueros lo sospechábamos, cuando vemos el estilo de vida y las panzas de esos sinvergüenzas, pero la confirmación fue un video sobre la corrupción de la mafia local”.
El audiovisual que menciona Gisela fue producido por Yamil Cuéllar, influencer cubano residente en Estados Unidos. El video ha tenido gran impacto en la Isla y en YouTube había recibido más de 629 mil visitas. La falta de credibilidad de la prensa oficial ha provocado que miles de ciudadanos en la Isla busquen información en las redes sociales, la prensa independiente o periódicos de Miami.
El descrédito de los funcionarios del régimen es mayúsculo. Diario Las Américas le preguntó a 14 personas, 7 hombres y 7 mujeres, en edades comprendidas entre 19 y 78 años, su opinión sobre la corrupción en Cuba y todos coincidieron que las instituciones del gobierno son una auténtica lacra. Un emprendedor habanero dijo que “si midiéramos del uno al diez la corrupción en el país, te aseguro que el termómetro se rompería. Es una cosa monstruosa. El sistema está diseñado para fomentar la burocracia, el tráfico de influencias y los cárteles mafiosos. Esos grupos están enquistados en todos los estamentos de la sociedad y a cualquier nivel. En Cuba para cualquier trámite debes pagar en especie o con dinero. La corrupción es transversal y afecta a toda la sociedad, desde las fuerzas policiales hasta funcionarios del partido comunista”.
Un jubilado del municipio Cerro que durante treinta años trabajó en Comercio Interior describe los mecanismos de corrupción. “De una forma u otra en todos los ministerios se han multiplicado los robos y conductas corruptas. Pero los más corruptos son los dedicados a comercio interior, gastronomía, turismo, vivienda, agricultura y alimentación. Allí funcionan antros mafiosos hace muchos años. En comercio interior, turismo y gastronomía estatal hay millonarios, con pesos y con dólares. Corre el dinero por sacos. Lucran con la miseria de los cubanos. Con esa plata se moja lo mismo un simple subalterno que un alto cargo y no dudo que el propio ministro. Con un país en bancarrota y un gobierno débil, donde muchos de sus miembros forman parte de esos esquemas delincuenciales, ya es imposible detener la corrupción. Es un modo de vida que genera cientos de millones de pesos. Y la mayoría de los capos y pesos pesados que roban son militantes del partido comunista”.
Un ex oficial del Departamento Técnico de Investigaciones (DTI), revela que una de las causas por la cual se licenció fue por el grado de corrupción existente en la institución. «No quería terminar preso, porque siempre caen los peces pequeños. Antes era una minoría la que se corrompía, pero ahora es a la inversa. Hay oficiales que reciben dinero de grupos delictivos. Conozco policías que salen a la calle a hacer dinero. El modus operandi es sencillo: merodean con sus patrullas por los alrededores de centros de producción de alimentos para ver si al final de la jornada laboral sorprenden a trabajadores saliendo con cosas robadas. Después que los detienen, le decomisan la mercancía y los dejan marchar. Otros cuadran con matarifes de vaca y así consiguen carne de res gratis. La pudrición en el MININT es alarmante».
Una especialista de una consultoría jurídica asevera que “cualquier notario o abogado puede ganar de 60 mil a 100 mil pesos mensuales si está bien conectado. La corrupción en el Ministerio de Justicia es de arriba abajo, igual que en el resto de las instituciones del Estado. Alejandro Gil, el ex ministro de Economía, era uno de los muchos corruptos”.
Nicolás, dueño de una finca en el poblado de Artemisa, comenta que “el robo de ganado y de cosechas es una plaga en nuestros campos. No hay cómo detener esa plaga, pues están en combinación con funcionarios del Ministerio de Agricultura y la policía. Con los apagones, por las noches los rateros te saquean una cosecha de ajo o te roban una yegua. No vale la pena hacer una denuncia: la policía nunca atrapa a nadie”.
En 2022, de acuerdo a estadísticas oficiales, el ganado robado en Cuba equivalió a 22 millones de libra de carne de res. Ese año se produjeron 82.445 casos de hurto y sacrificio de ganado bovino. Nicolás considera que esas cifras están maquilladas. “La matanza de animales, sean vacas, caballos o cerdos, es aún mayor. Y mucha gente lucra con ese negocio. Si se hiciera un censo al ganado, se comprobará que en el país no hay ni dos millones de vacas. Eso sin contar que cada año se mueren 20 mil o 30 mil animales por falta de agua y alimentos. Es un crimen. Si alguna vez salimos de esta plaga (el actual gobierno) vamos a demorar cuarenta años en recuperar los valores cívicos”.
Daimaris, profesora de secundaria, cree que el problema se soluciona «con dos o tres aviones y que esa partida de ladrones que administran el país se larguen a cualquier sitio. Si están robando y saqueando los recursos para luego largarse, que se acaben de largar. No los queremos, no los necesitamos”, dice, parafraseando a Fidel Castro, quien en un discurso en la década de 1970 descalificaba a los que se marchaban de la Isla. Muchos cubanos coinciden con Daimaris.