Haber incumplido los acuerdos de Barbados con la nueva ola de persecución judicial a opositores y la prohibición a candidatos de participar en las elecciones presidenciales –a propósito de la ratificación de la inconstitucional inhabilitación de María Corina Machado– no ha sido motivo suficiente para que Washington devuelva al régimen de Nicolás Maduro al aislamiento internacional en el que se encontraba antes del alivio temporal de sanciones concedido en octubre. Si bien por un lado el Departamento de Estado anunció que no renovará en abril las licencias otorgadas al sector petrolero, gasífero y minero de Venezuela; por el otro, los bonos venezolanos recuperarán su puesto en los influyentes índices de deuda de JPMorgan a finales de ese mes, gracias a que EE. UU. levantó hace cuatro meses la prohibición de comerciar estos instrumentos en el mercado secundario.
Alrededor de 53.000 millones de dólares en bonos soberanos de Venezuela y de la petrolera estatal PDVSA volverán a ingresar a la serie Índice de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI) de JPMorgan a partir del 30 de abril y por un periodo de “introducción gradual” de tres meses que finalizará el 28 de junio, según se anunció en un comunicado reseñado por Bloomberg.
Esto significa que los bonos que habían permanecido en default desde 2017 y su ponderación había caído a cero desde 2019, como consecuencia de las sanciones impuestas por el gobierno del entonces presidente Donald Trump a la dictadura venezolana, volverán a los índices considerados como las principales referencias mundiales de bonos denominados en dólares y otras divisas fuertes emitidos por países de mercados emergentes.
Suben los bonos venezolanos
Tras esta decisión, los bonos venezolanos tendrán un peso total estimado de 58 puntos básicos en el EMBI Global Diversified y 69 puntos básicos en el EMBI Global. Según datos indicativos de precios compilados por Bloomberg y operadores familiarizados con los precios, los bonos soberanos subieron hasta tres centavos, los bonos con vencimiento en 2027 aumentaron 21 centavos por dólar estadounidense y los bonos de PDVSA con vencimiento en 2026 subieron 2,5 centavos a 11 centavos, el mayor salto desde octubre, cuando la Casa Blanca anunció el alivio temporal de sanciones y los bonos se habían puesto en “observación” para una posible revalorización.
Llama la atención que esta incorporación de los bonos venezolanos en el influyente índice de deuda de JPMorgan se hará a partir del 30 de abril, cuando todo indica que EE. UU. debería haber restaurado las sanciones al régimen venezolano que –según anunció el Departamento de Estado– afectarán al sector petrolífero, gasífero y minero, una vez que la dictadura incumplió los acuerdos firmados en Barbados y no ha dado muestras de rectificación. En este sentido, JPMorgan aclaró que la decisión se puede revertir si el gobierno estadounidense vuelve a imponer restricciones al comercio en el mercado secundario, lo cual no ha sido anunciado.
¿Qué negocia Estados Unidos?
En una reciente entrevista con PanAm Post, el exsubsecretario de Estado de EE. UU., Ottor Reich, dijo que la Casa Blanca había cometido un error al no restaurar las sanciones de manera inmediata, pues al permitir que el alivio se extienda hasta abril –como se contempla en las licencias otorgadas–, “las compañías petroleras que están haciendo negocios con Maduro van a ponerle presión al gobierno de Biden para que no restaure las sanciones”. Por tal motivo, considera que “no se puede dar por hecho” que Estados Unidos pondrá fin a la flexibilización.
Adicionalmente, tras una reunión en Bogotá de una delegación estadounidense con el presidente colombiano Gustavo Petro, el director del Consejo de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental, Juan González –quien dejará su cargo en marzo– dijo sobre la presión que ejerce Washington para la celebración de unas elecciones presidenciales libres en Venezuela que para la Administración Biden “importa todo el proceso, no el candidato”, lo que asomó la posibilidad de que EE. UU. esté buscando algún tipo de negociación que trascienda a la candidatura de María Corina Machado, electa en las primarias del 22 de octubre por una abrumadora mayoría para ser la candidata unitaria de la oposición en las presidenciales de este año.