ATLANTA — La extrema izquierda en sus intenciones de condenar al expresidente Donald J. Trump e impedir que llegue otra vez a la Casa Blanca cuentan con fiscales y jueces que comparten la misma ideología.
El caso de las acusaciones contra Trump en Georgia, por supuestamente intentar revertir el resultado de las elecciones en 2020, se ha topado con una fiscal con serios problemas de conflicto de interés por un amante que era su principal carta de triunfo y otros que permanecen ocultos para la prensa en un pasado cuestionable. Sin embargo, se insiste en la fiscal de distrito del condado Fulton Fani Willis.
Willis y su amante, quien fue obligado a renunciar a su puesto tras declaraciones de testigos que lo incriminaron, han tenido que declarar varias veces frente a la Justicia. Es decir, pasaron de acusadores a acusados.
Ahora, un tribunal de apelaciones de Georgia acordó revisar el fallo de otro que permite a Willis continuar el proceso contra el exmandatario Trump.
Los abogados de Trump y otros acusados en el caso interpelaron una demanda para que Willis y su oficina sean retirados del caso por inmoralidad y falsas acusaciones.
Cuestionable Departamento de Justicia
La defensa del exinquilino de la Casa Blanca y otras víctimas del Departamento de Justicia en EEUU, permeado de radicales de izquierda, afirman que su relación íntima y antiprofesional con el fiscal especial Nathan Wade es un innegable acápite inconstitucional en medio de un gran escándalo.
En marzo, el juez Scott McAfee encontró que «no existía conflicto de interés» que obligara a Willis a dejar el caso, pero admitió, por legalidad, la solicitud de Trump y los otros acusados de acudir al Tribunal de Apelaciones de Georgia.
Ese tribunal de apelaciones intermedio acordó el miércoles tomar el caso. Una vez que emita su fallo, la parte perdedora podría pedir a la Corte Suprema de Georgia que considere una apelación.
Es probable que la decisión del tribunal de apelaciones de considerar el caso causará un retraso considerable que reduce la posibilidad de que se concreten las intenciones de la izquierda y la extrema izquierda de juzgar a Trump antes de las elecciones presidenciales de noviembre, en las que Trump será el candidato republicano a la Presidencia.
En su decisión, McAfee dijo que planeaba abordar otras mociones previas al juicio “independientemente de si se concede la petición… e incluso si el tribunal de apelaciones facilita una apelación posterior”.
Falta de ética, mentiras y relaciones íntimas
Trump y los demás involucrados en el proceso judicial pueden pedir que el Tribunal de Apelaciones suspenda el caso mientras está pendiente la apelación.
McAfee dijo que Willis podría permanecer en el caso únicamente si Wade lo abandonaba, y el fiscal especial presentó su renuncia horas después.
Sin embargo, todas las motivaciones para el proceso judicial y las supuestas investigaciones se hicieron favorecidas directamente con el fiscal especial Nathan Wade.
En las primeras sesiones de la pesquisa contra Willis y su amante, el fiscal especial, ambos mintieron sobre el tiempo que llevaban en su vínculo amoroso. No fue hasta después que declararon los testigos que reconocieron llevar una relación de años.
Los argumentos de que Willis se había beneficiado indebidamente de su relación íntima con Wade derivaron en tumultuosos meses en el caso y un escándalo. Durante las comparecencias en Corte, se ventilaron detalles íntimos de las vidas personales de Willis y Wade.
Las acusaciones contra el expresidente Trump quedaron eclipsadas por las vidas amorosas de los fiscales, su falta de profesionalismo y de ética, además de sus marcadas tendencias políticas de izquierda.