Uno de los momentos televisivos que dejó en evidencia que el diputado Javier Milei podría llegar a hacer un buen desempeño en los comicios presidenciales fue en un móvil de Esteban Trebucq. El “pelado” comenzó a preguntarle a la gente en la popular estación de Constitución por sus preferencias electorales para este año y en la mayoría de los casos la respuesta fue la misma: Milei. Anoche se dio una situación semejante en la provincia de Buenos Aires, pero en esta oportunidad se manifestaban en favor de Horacio Rodríguez Larreta. Lo curioso es que llevaban todos una botellita de Fanta Naranja en las manos.
Aunque algunos podían articular una respuesta (en total sintonía con el discurso que se emite desde la municipalidad porteña), otros entrevistados se mostraban nerviosos e inquietos. Con dudas sobre que información dar y como responderle al periodista, que en la vorágine del “en vivo” se dio cuenta que algo muy raro estaba pasando.
Claro que la popular bebida gaseosa tiene distribución nacional y es muy probable ver a alguien tomándola por la calle. Pero que en el radio donde se iba a desempeñar el móvil de A24, todas las personas alrededor de Trebucq estén con una Fanta Naranja en la mano es algo estadísticamente llamativo.
“Yo no sé acá, pero el vendedor de la gaseosa de naranja se está haciendo la América”, dijo cuando las botellitas comenzaban a repetirse en las manos de quienes encontraba. “Todos están con la gaseosa, la venden acá a la vuelta”, agregó como para dejar sentado que todo era una farsa. Mientras tanto, una de las personas que fue grabada, quien no sabía donde vivía, le aseguraba que Larreta era “excelente”.
El antecedente de otro exintendente porteño
El papelón de las gaseosas de naranja no es el primero de ese estilo que queda registrado en las cámaras de televisión. Hace ya varios años, en 2009, Aníbal Ibarra salió a caminar por las calles de Villa Urquiza con el periodista Daniel Malnatti. Mientras conversaban por el barrio del exintendente ocurrió lo impensado para un político en campaña: absolutamente todos lo querían, lo besaban, lo abrazaban y lo saludaban… Nadie lo cuestionaba en lo más mínimo. La efusividad de la gran mayoría de los vecinos resultó llamativa y las cámaras comenzaron a registrar lo que sucedía alrededor. Como se suponía, todo estaba absolutamente arreglado.
Como si algo faltara para dejar todo en evidencia, en un momento Ibarra se aleja del móvil, con la excusa de atender una entrevista radial. Sin embargo, su micrófono seguía encendido y quedó registrada la orden que le dio a su colaborador: “Sacalos a todos. Se están dando cuenta, me parece”.