La opositora Plataforma Unitaria (PU) de Venezuela, a través de su secretario, Omar Barboza, señaló el jueves que no descarta que el régimen de Nicolás Maduro pueda echar mano de una «sorpresa judicial» para suspender de manera «arbitraria» la elección primaria pautada para el 22 de octubre, donde se pretende elegir al líder de la oposición y eventual abanderado de la misma para competir contra Nicolás Maduro en las próximas presidenciales, que en teoría se realizarán en 2024.
A falta de poco más de un mes para dichas internas, el chavismo no ha asomado mayores concesiones a la oposición venezolana en términos de garantías para las eventuales elecciones presidenciales.
Recientemente en el Consejo Nacional Electoral (CNE) se nombró una nueva directiva; sin embargo, la composición de la misma sigue estando abiertamente inclinada a favor de Maduro, quien colocó en la presidencia del organismo a Elvis Amoroso, hasta ahora contralor del régimen y autor de varias inhabilitaciones políticas en contra de dirigentes de la oposición.
Barbosa indicó también que representantes de la PU han seguido sosteniendo encuentros con delegados del chavismo «con la esperanza de que de allí surjan las condiciones para la realización de unas elecciones con garantías para todas las partes, para todos los participantes». El proceso de diálogo establecido en México entre ambos factores se mantiene oficialmente detenido desde noviembre del año pasado.
Esta semana el medio británico Financial Times aseguró que las negociaciones entre la Administración Biden y los representantes de Nicolás Maduro podrían tomar un nuevo rumbo en los próximos días, desbloqueándose hasta 3.000 millones de dólares pertenecientes al Estado venezolano que están retenidos en el exterior; todo ello a cambio de que la dictadura chavista se comprometa a dar un marco mínimo de garantías a la disidencia venezolana en las próximas elecciones presidenciales.
«Tenemos un solo plan, vamos a hacer las primarias el 22 de octubre», aseguró Barbosa, indicando que si el evento es torpedeado desde el Palacio de Miraflores, Maduro deberá «pagar el costo político de negarle su derecho al pueblo».
Sin embargo, la tiranía venezolana ha insistido en que varios de los participantes de dicha primaria, como la coordinadora de la formación Vente Venezuela, María Corina Machado y el dos veces candidato presidencial Henrique Capriles Radonski, están inhabilitados para aspirar a cargos de elección popular, por lo que si alguno de ellos resultase electo en octubre no podrá inscribirse el año próximo para competir contra Maduro.
Machado encabeza todos los sondeos de opinión de cara a la primaria, por lo que su inhabilitación supone un golpe directo a los venezolanos que ven en su liderazgo una posibilidad directa de desafiar al régimen.
De mantenerse este panorama, las cosas podrían decantar en un nuevo escenario de protestas en el país o, en caso contrario, acentuar el clima de desesperanza que se ha incubado en la nación sudamericana desde el naufragio del llamado «Gobierno Interino», la iniciativa de un Ejecutivo paralelo sostenida por el exdiputado Juan Guaidó a lo largo de más de tres años que no logró sacar a Maduro de Miraflores.
Así las cosas y frente a la posibilidad de que la inhabilitación de la líder opositora no se solvente, algunos sectores de dicha oposición han asomado que debe establecerse un mecanismo en el que lo único posible por hacer es encontrar una candidatura sustituta. Esto a su vez ha generado fuertes reacciones dentro del entorno de Machado, que ha calificado tal proposición como una «claudicación» más frente a la voluntad del chavismo de imponer su poder.