Venezuela no ha escapado de esta situación y se ha visto sumergida en esta geopolítica de control del poder. La razón es que se trata de un país que tiene una posición geográfica estratégica y cuenta además con recursos universales en energía y otras riquezas, sin embargo, ese no es el objetivo principal que ha perseguido lo que no dudamos en calificar como un eje maligno conformado por varios países que se suman con el transcurrir del tiempo.
Llegan los paracaidistas
Los paracaidistas entran en la historia militar durante la ejecución de la campaña militar de la Alemania Nazi ejecutada en Holanda; siendo que el 10 de mayo de 1940 bombarderos alemanes de la Luftwaffe que vuelan hacia el Mar del Norte, en una estrategia aparentando que se dirigían a Inglaterra – ya sobre el mar – los bombarderos giran 180 grados y se enfilan a los Países Bajos. Cargas letales caen sobre Róterdam y matan aproximadamente 1.000 civiles y destruyen decenas de miles de hogares, por lo que, viéndose perdidos, el alto mando holandés se rinde y los Nazis instalan el 29 de mayo de 1940 una Junta de Gobierno.
En poco tiempo, Holanda, Bélgica y Luxemburgo estaban bajo el dominio alemán, siendo un éxito militar que formaba parte de un plan ambicioso llamado “código Fall Gelb”, cuyo objetivo principal era Francia, y es que a través de los Países Bajos y Bélgica se presiona a la defensa francesa en la frontera oriental, hasta que las tropas alemanas llegan a Paris el 14 de junio de 1940. A partir de ese momento se observaba con claridad la amenaza que esto significaba para Inglaterra y el resto del mundo.
Una paradoja
Después de 50 años de la ocupación alemana a los países bajos, aparece en América un paracaidista venezolano, el Teniente Coronel Hugo Chávez Frías, quien promueve una rebelión militar contra una de las democracias más importantes del Continente Americano, y aunque fracasa en el ámbito militar, no así ocurre políticamente. A partir de ese acontecimiento se gesta un proceso político que sorprende a una democracia desprevenida, que jamás imaginó que alcanzaría los peores índices de calidad de vida de un país rico de América, logrando este paracaidista alcanzar la presidencia de la República de Venezuela (31/12/1998) y mantenerse en el control del poder, con artificios de legalidad, imponiendo un militarismo que se expande por la región.
Un acontecimiento previo que debemos recordar, y que aquí definimos como una paradoja, es el primer encuentro realizado el 13 de diciembre de 1994 donde Hugo Chávez es recibido con honores en Cuba por Fidel Castro Ruz, quien lo esperaba al pie de la escalerilla del avión y es recibido con un abrazo de gran repercusión internacional. El historiador de La Habana Eusebio Leal afirma: “Fidel descubrió en Chávez a un diamante que alcanzaría las cotas más altas en el discurso político, revolucionario e internacionalista”, pues “lo vio todo con claridad, nitidez y visión, que alcanza el tiempo futuro”.
Se sella de esta manera un pacto de paternidad cubana, que ha sido el centro de gravedad de la ocupación a Venezuela por parte de la Cuba de Fidel, y que a la fecha tiene 22 años. La paradoja es que el paracaidista entrega a una fuerza extranjera un país moderno, industrializado y con un crecimiento social y económico. No dudamos en indicar que ese ha sido el mayor de los delitos cometidos contra el pueblo venezolano.
Venezuela, un banco, una mina
Así como los Nazis tenían como objetivo Francia cuando ocuparon los Países Bajos, el régimen de Cuba planifica la ocupación de Venezuela para aprovechar su espacio geográfico estratégico y sus riquezas petroleras y minerales, con el fin de consolidar una hegemonía de poder en el continente, accediendo a los recursos económicos del pueblo de Venezuela, aprovechados por la Cuba de Fidel para potenciar sus capacidades en el control de la Isla. Cuba se convierte en el laboratorio perfecto de la expansión del comunismo en la región, mientras que Venezuela es utilizado como un vehículo financiero de la delincuencia organizada y las actividades de terrorismo y narcotráfico, socios de la Cuba de Fidel, con el firme propósito de controlar otros países.
El Eje del mal
Fidel Castro, fiel aliado de Rusia, China e Irán, aprovecha las bondades de los recursos económicos de Venezuela para avanzar en una plataforma donde se construye una hegemonía de poder en el Continente Americano.
En poco tiempo se incorpora Brasil con Lula Da Silva quien llega al poder el 1 de enero de 2003, continuado por Dilma Rousseff el 1 de enero de 2011. Fueron 13 años del eje Venezuela, Brasil y Cuba, truncada esta sociedad el 31 de agosto de 2016, cuando es destituida por corrupción Dilma Rousseff. Se suma Argentina con Néstor Kirchner que llega a la presidencia el 25 de mayo de 2003 y le sucede en el cargo su esposa, Cristina Fernández de Kirchner, el 10 de diciembre de 2007 hasta el 9 de diciembre de 2015. Después de una interrupción por la llegada de Mauricio Macri como presidente, regresa Cristina Fernández como vicepresidente el 10 de diciembre de 2019 (son 14 años en el poder).
En Bolivia, llega Evo Morales como presidente el 22 de enero de 2006 hasta el 10 de noviembre de 2019, y después de una interrupción de casi un año por el gobierno interino de Jeanine Añez, regresa nuevamente al eje Bolivia, ahora de la mano de Luis Arce, quien resulta ganador en elecciones cuestionadas a partir del 8 de noviembre de 2020. Ecuador compra una cuota de ingreso al grupo y permanece por 10 años, de la mano de Rafael Correa, alcanzando la presidencia en fecha 15 de enero de 2007 hasta el 24 de mayo de 2017.
Chile se suma durante 8 años al grupo con Michelle Bachelet, quien tiene dos mandatos no consecutivos como presidente en los periodos del 11 de marzo de 2006 al 11 de marzo de 2010; y el 11 de marzo de 2014 al 11 de marzo de 2018. No podemos olvidar a Nicaragua, quien se encuentra en este eje tiránico por 15 años, siendo el primero de los protagonistas José Daniel Ortega Saavedra, con un primer mandato presidencial entre 1985- 1990 y reaparece con mandatos consecutivos desde el 10 de enero de 2007 hasta la fecha.
Agenda común
Venezuela, Brasil, Bolivia, Ecuador, Chile, Argentina y Nicaragua han tenido algo en común que resalta, y ello ha sido la influencia y la dirección de Cuba en la geopolítica internacional, gestándose un eje bajo una sociedad de intereses comunes, desde el ámbito económico, social, ideológico, político y militar, con dimensiones importantes en el contexto internacional.
Hoy, Brasil, Chile y Ecuador transitan para salir de esa hegemonía, que aun los persigue para hacerse nuevamente del control de estos países, pero en definitiva, podemos decir con toda responsabilidad que la Cuba de Fidel Castro y su hermano Raúl, han logrado crear un eje peligroso de países donde impera la corrupción, las violaciones graves y sistemáticas de los derechos humanos, delitos de lesa humanidad, delincuencia transnacional, crisis política, social y económica, elementos que se confunden para mantener el control del poder en cada país, con el firme propósito de mantenerse y extender su fuerza en otras democracias que se sostienen en el continente americano y llegar a Europa.
Venezuela ha sido ocupada por la fuerza extranjera cubana, y como se demostrará en las próximas entregas, controla todos los espacios de poder y la mayoría de la sociedad. Solo la resistencia digna y valiente de los venezolanos ha impedido un control absoluto en la sociedad, impidiendo que se extienda a otros países de manera determinante.
Nuestra mirada de libertad tiene que enfocarse en el laboratorio del mal, en la Cuba de los Castro, sin descuidar la lucha en cada uno de nuestros países.
Fuente: Diario las Américas