Darío Antonio Úsuga David, (a) “Otoniel”, o “El Pablo Escobar Segundo”, capturado el pasado octubre, en el Turbo, Colombia, con recompensa de USD ocho millones, ofrecida, por EEUU, a donde será extraditado. “Otoniel” tiene estrechos lazos con el “Cártel de Los Soles” buque insignia del narcotráfico del narcochavismo o narcomadurismo.
José Gregorio Vielma-Mora, exministro y exgobernador narcochavomadurista, con orden de encarcelamiento librada por una Corte de Florida, EEUU, el 21 del mes pasado por cinco acusaciones por legitimación de capitales, producto de los expolios con un esquema de corrupción relacionado con el plan de alimentación Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) en Venezuela. Es decir, robándoles la comida a los más depauperados.
Son, apenas, cinco escándalos judiciales, que han salpicado, en lo que va de año, al ya salpicado desprestigio de funcionarios, exfuncionarios y relacionados con el desgobierno de Maduro. Incluido, este último ¡faltaría más! por estar, en persona, involucrado, en los supuestos crímenes.
A los anteriores, se agregan cinco casos más. Escandalosos también, pero de decibeles aún más ensordecedores: Alex Saab, Hugo “El Pollo” Carvajal, Adrián Velásquez (a) “Guardaespaldas de Chávez”, Claudia Patricia Guillén (a) “La Enfermera de Chávez” el primero, ya extraditado y los tres, últimos, a punto de extraditados, todos, a EEUU. Mientras tanto, hacen cola en las cortes de Nueva York, para rubricar sendos “plea guilty” o acuerdos de culpabilidad el generalote, Cliver Alcalá Cordones y el aviador o expiloto privado de la “Primera Combatienta”, Yazenky Lamas. Este último, ya ha comenzado a cantar y delatar públicamente a su exjefa, como todo un “Pollo”.
El colofón, de semejante récord universal del delito desde el Poder, lo constituye, por los momentos, el avance a fase de investigación del proceso que cursa ante la Corte Penal Internacional por la avalancha de crímenes de lesa humanidad de la “Pandilla de Miraflores”. Primera vez en la Historia, que un jefe de Estado es impuesto, in faciem o citación en mano, por el alguacilazgo de la Justicia Internacional de su calidad de sospechoso de delitos aberrantes. Como alguacil, actuó el fiscal, Karim Khan, en persona.
“Las casualidades no existen, todo surge de la fuente más profunda del destino” escribía el poeta Ferrik. Quiere decir, que en el ámbito humano, lo que prevalece son las consecuencias de las conductas propias. No había jurado, Hugo Chávez como Presidente, cuando, él, y sus compinches, antes de la toma de posesión del 23 de enero de 1999, comenzaron a chantajear a los funcionarios del saliente gobierno del presidente Caldera II, para obtener ventajas en sus negocios personales. “Al que madruga Dios lo ayuda” se decían mientras se frotaban las manos a la salida de la sede del “Fondo de Protección Social de los Depósitos Bancarios” (FOGADE), esquina de San Jacinto, Caracas. Por consiguiente, nada más natural, que un desgobierno de delincuentes, más que por tormentas políticas, naufrague en medio de tal clase de enredos.
“Que entre abogados, te veas”. O para hacerle más justicia a lo que estamos presenciando: “Que entre rábulas te estoy viendo”. La maldición gitana, elevada a la enésima potencia.
Dudamos, que en la pandilla, del Presidente nominal -nominal, porque quien la encabeza, no es más que un pelele, de las FARC, el ELN, los castrocomunistas, chinos, turcos, iraníes y todo bicho de uña que llega a Venezuela, para saquearla- exista mucha gente honesta. La decencia, es estigma entre los canallas. Sin embargo, los pocos honestos, honestos al 1/100, aunque sea o los culpables de delitos menos atroces, deberían velar por sí mismos en el presente sálvese quien pueda. Desde adentro, deben incorporarse a la redimible obligación de deponer la narco tiranía. Para luego es tarde. El de Maduro es ya, formal, obsceno, en esencia, un desgobierno maldito.
Fuente: Diario las Américas