El odio y la venganza son fuerzas negativas atemporales, que se revelaron cuando hicieron beber la cicuta a Sócrates, por alejar a muchos de su ignorancia intelectual y hacerles encontrar la verdad. Por condenar las guerras interminables y los desastres de la ciudad, los políticos y acaudalados poderosos decidieron eliminar la influencia de Sócrates sobre la juventud y empezaron a difamarlo y violentaron sus propias leyes para juzgarlo a la pena de muerte por envenenamiento. Aquellos calificativos de la conducta humana que usaron contra el sabio ateniense, hoy los percibimos en muchos parlamentarios del Congreso de los Estados Unidos de América.
El 45 Presidente de los EEUU, Donald Trump, es el Sócrates contemporáneo; quien como un ciudadano particular es llevado a un juicio político amañado e inconstitucional a la Cámara del Senado (09/02/2021), después de haber sido acusado e instruido de un cargo falso por la Cámara de Representantes de los EEUU, el 28/01/2021.
¿Qué es el impeachment en EEUU?
Este es un juicio político realizado en el Senado a las personas con responsabilidades oficiales bajo la autoridad de los EEUU y la imposición de los cargos acusatorios se inician en la Cámara de Representantes, que está investida de facultades exclusivas para la impugnación de funcionarios. Ambas Cámaras forman el Congreso de los Estados Unidos de América.
El juicio político está registrado en la Constitución de los EEUU. Por lo que es un proceso legal bien definido por esa Ley de leyes. El texto de la Constitución dice en su Artículo I, Sección 2, párrafo 5: La Cámara de Representantes elegirá su Presidente y a sus demás funcionarios; además estará investida de facultades exclusivas para la impugnación de funcionarios.
Sección 3, párrafo 6-7: El Senado será el único órgano facultado para juzgar sobre todas las acusaciones por responsabilidades oficiales. Cuando se reúna con este objeto, sus miembros deberán prestar juramento o declaración solemne. Cuando se juzgue al Presidente de los EEUU, deberá presidir el Presidente de la Corte Suprema. Además, a ninguna persona se podrá condenar si no concurre el voto de las dos terceras partes de los miembros presentes.
En los casos de impugnación por responsabilidades oficiales, el alcance de la sentencia no irá más allá de la destitución del cargo y la inhabilitación para ocupar y disfrutar cualquier empleo honorífico, de confianza o remunerado, bajo la autoridad de los EEUU. No obstante, el individuo condenado quedará expuesto a que se le acuse, enjuicie, juzgue y castigue de acuerdo con la ley.
Las frases subrayadas en negritas en los párrafos anteriores de la Constitución estadounidense son las violaciones de la ley en el caso del juicio político a Donald Trump, no se pude juzgar en el Congreso a un ciudadano particular; por lo que el juicio político al ciudadano particular Donald J. Trump es ilegal e ilegitimo por ser un proceso inconstitucional.
El Partido Demócrata en la Cámara de Representantes acusó de insurrección al presidente Donald Trump, cargo falso y amañado, pues en el momento de la acusación a Trump ya la Policía (FBI) había definido los causantes, la hora de comienzo, su planificación de días antes por Antifaz y MLB y la no relación del presidente Trump con los que causaron los disturbios en el Capitolio e incluso muchos videos en las redes se observan a esos maleantes de la izquierda extrema alardeando de sus éxitos.
Sin embargo, los demócratas usan ese falso argumento para engañar y formar cargos que violentan el debido proceso, aunque quieran ampararse en la Enmienda XIV, esto no es sustentable, no solo por ser falso; sino por ser un ciudadano particular que, en estos momentos, no está aspirando oficialmente a ningún cargo de responsabilidades oficiales bajo la autoridad de los EEUU.
En el caso del presidente Donald Trump, quien ha sido llevado a juicio político en dos ocasiones, constituye un record negativo más para las instituciones democráticas y el legado histórico de la nación, que para el propio presidente Trump; pues en estos juicios políticos o impeachment se demuestran objetivamente el engaño, el odio y la venganza derivados en una cacería de brujas contra el primer ciudadano de país.
Donald Trump se convirtió en un gran estadista muy querido por su pueblo y muchas personas en el mundo. Tal es así, que un 37 % de los votantes de la población general se sumarían con Trump si hiciera un partido político. También se definió que 28 % de los independientes y un 15 % de los demócratas estarían ese nuevo partido con Trump. Y dentro de las filas republicana un 64 % se unirían al partido de Trump; según la encuestadora Hill-HarrisX.
En realidad, ese sentir del pueblo americano lo observamos en la posición honorable de los representantes Marjorie Taylor Greene (R-Ga) y Matt Gaetz (R-Fl); Gaet dijo: “Dejaría mi escaño en la Cámara, dejaría mi casa, haría todo lo que tuviera que hacer para asegurarme de que el mejor presidente de mi vida, uno de los mejores presidentes que haya tenido nuestra nación, tal vez el mejor presidente que haya tenido nuestro país, para ofrecer una defensa a ultranza”; También aseguró que “Esa sería la máxima prioridad en mi vida”.
La heroína Greene, quien recibió el golpe demoledor de odio y venganza de la extrema izquierda y la expulsaron arbitrariamente de la dirección del Comité de Educación y Trabajo y el Comité de Presupuesto de la Cámara Baja, manifestó: “Apoyo nuestra Constitución y todas nuestras libertades y trabajaré duro contra sus políticas (en referencia a los socialistas)… Soy una trabajadora dura y estoy orgullosa de ello. Ahora tengo mucho tiempo libre en mis manos, lo que significa que puedo hablar con muchas más personas en este país y hacer las conexiones y generar una gran cantidad de apoyo que ya he hecho. Comencé con personas que quieren poner a EEUU en primer lugar”.
Asimismo, reafirmó Marjorie que trabajaría con cualquier persona sin importar ideología solo poner América primero. “De cara al futuro, he sido liberada” y ese futuro de Greene es mantener la libertad y el sueño americano en una América constitucional.