Los inusuales aterrizajes de los vuelos de la aerolínea libia Ghadames Airlines, en el Aeropuerto Internacional Augusto Sandino de Nicaragua, esconden el negocio estratégico entre el régimen sandinista de Daniel Ortega y el presidente de Rusia, Vladimir Putin: mover migrantes para presionar a Estados Unidos.
La compañía con tres años de operaciones figura como aliada de ambos mandatarios. Según un reporte de 14yMedio, cinco vuelos de Ghadames Airlines, han llegado al país centroamericano desde febrero con 400 pasajeros a bordo que fingen ser turistas luego de pagar hasta 10.000 dólares por un boleto, en vuelos por los cuales la aerolínea factura entre 230.000 y 250.000 dólares.
Sus trayectos son largos. La aerolínea con sede en Benghazi, Libia, ha realizado vuelos de 14 horas de duración utilizando un Boeing 777-200, registrado con las siglas 5A-GRS. Los vuelos detectados partieron desde Tashkent, la capital de Uzbekistán, y desde el Aeropuerto Internacional de Benina en Libia.
Negocios con sanciones
El negocio de Ghadames Airlines está en la mira de Estados Unidos. El Departamento de Estado ya ordenó la sanción de Mohamed Ben Ayad, el empresario libio que figuraba como su dueño antes de pasar a las manos de los hijos del mariscal Jalifa Haftar, aliado de Putin y dueño de la también Berniq Air.
Con la medida, la aerolínea libia no sólo engrosa la lista de compañías que levantan dudas sobre sus operaciones sino además levanta sospechas sobre la existencia de una amplia red de empresas que hasta ahora suman 1150 vuelos chárter “pseudo comerciales” entre mayo de 2023 y el mismo mes en 2024 hacia Nicaragua.
Ya en diciembre, la rumana Legend Airlines enfrentó la retención de una nave en París, cuando efectuó una parada técnica. Las autoridades francesas repatriaron a los 300 pasajeros a bordo, por tratarse de migrantes indios.
La egipcia Alexandria Airlines también tiene en su historial un episodio similar por trasladar 370 pasajeros indios y marroquíes hasta el Augusto César Sandino de Managua. A ella se suman la Universal Sky Carrier, Aruba Airlines, la empresa chavista y sancionada Conviasa, en conjunto con otras como Sky High Aviation Services y Air Century.
Sobre todas ellas existen datos de los vuelos que efectúan dentro del continente americano para movilizar a a cubanos, haitianos y venezolanos que buscan emprender la “ruta de los volcanes” que conduce a Estados Unidos desde Managua.
Ahora, ¿qué piezas se mueven detrás de estas “ayudas sutiles” que está ofreciendo el régimen de Daniel Ortega para seguir fomentando a las olas migratorias que van hacia Estados Unidos? La repuesta a esta interrogante ha tenido estudiando a varios especialistas, al respecto.
“La motivación es fundamentalmente política e ideológica por el odio que Ortega tiene contra Estados Unidos. Ahora, las implicaciones son sustanciales. Una de ellas es la amenaza de la seguridad de Estados Unidos, la seguridad nacional, toda vez que el control que tiene Nicaragua sobre quien está llegando de esas nacionalidades es mínimo y ahí puedes llegar con un pasaporte falso y puedes ser un terrorista” dijo Manuel Orozco, experto en migración y analista de Diálogo Interamericano a El País. Se ve muy claro.
Ortega -sin duda- desafía a Estados Unidos cada vez más. De hecho, anunció que establecerá relaciones diplomáticas con el Emirato Islámico de Afganistán, gobernado por el Talibán desde 2021 convirtiendo a Nicaragua en el único país de las Américas y el quinto a nivel mundial en designar un embajador.
La medida tendrá costos. Es probable que ahora Ortega figure como candidato potencial a sanciones vinculadas con el terrorismo. No es descabellado cuando los talibanes son Terroristas Globales Especialmente Designados (SDGT) según la Orden Ejecutiva 13224 de la Casa Blanca.
Sandinismo cómplice complicado
El régimen sandinista de Daniel Ortega agudiza su rechazo internacional, al servir de puente a las aerolíneas que movilizan migrantes que aspiran pisar suelo estadounidense. La sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA) que transcurre en Paraguay evalúa el tema de la seguridad de la región.
En el cónclave, Estados Unidos impulsará una nueva resolución de condena a Nicaragua ante las sistemáticas violaciones a los derechos humanos. “La resolución tendrá un lenguaje fuerte. No vamos a abandonar al pueblo de Nicaragua”, asegura el embajador de Washington ante el organismo, Francisco Mora.
El diplomático reconoce que en la administración de Joe Biden “hay preocupación y conciencia sobre el tema” de la migración irregular. Motivos sobran después de la captura en Nueva York, Filadelfia y Los Ángeles de ocho presuntos miembros Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) originarios de Tayikistán que ingresaron por la frontera sur.