Tal como lo había anunciado, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, usó la marcha del 1 de mayo para intentar medir fuerzas con la oposición, que el 21 de abril marchó en una veintena de ciudades del país contra las reformas del gobierno que se han visto frenadas en el Congreso, con excepción de la pensional que ya fue aprobada en el Senado y pasó a debate en la Cámara de Representantes. Pero además de convertir la tradicional conmemoración del Día del Trabajador en un acto político, también alentó entre sus seguidores un sentimiento antisionista al anunciar en medio de aplausos la ruptura de relaciones con el Estado de Israel.
Las manifestaciones convocadas por los principales sindicatos en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena tuvieron un tinte político notable. No bastó con las pancartas alusivas al oficialista Pacto Histórico y las consignas a favor de Petro y su proyecto de “cambio”. La presencia del mandatario colombiano en la marcha que se llevó a cabo en la capital no dejó espacio para las dudas. Era más que evidente que se trataba de un acto partidista alejado de las reivindicaciones salariales propias de este día sin distinción de color político.
Sin embargo, ni con la presencia del presidente se logró llenar la emblemática plaza de Bolívar de Bogotá, donde Petro aprovechó la marcha del 1 de mayo para anunciar que desde este jueves 2 Colombia rompe relaciones diplomáticas con el Estado de Israel, a cuyo gobierno calificó nuevamente como “genocida”.
La infame posición de Petro frente a Israel
No es la primera vez que el presidente colombiano ataca a Israel por la contraofensiva en la Franja de Gaza iniciada tras los ataques del grupo terrorista palestino Hamás a territorio israelí el 7 de octubre, con un saldo de al menos 1000 muertos, 3000 heridos y 245 personas secuestradas. Mientras otros mandatarios occidentales que apoyan la causa palestina han dejado clara la diferencia entre el pueblo que habita este territorio y los extremistas que lo gobiernan, Petro ha sido incluso elogiado por los terroristas por su posición y por haber llamado a consulta a su embajador a finales de octubre pasado.
“Aquí delante de ustedes, el gobierno del cambio, el presidente de la República, informa que mañana se romperán las relaciones diplomáticas con el Estado de Israel”, dijo Gustavo Petro este miércoles desde la plaza de Bolívar de Bogotá.
Acto partidista con poca asistencia
Tampoco pasaron por debajo de la mesa las reformas que el gobierno intenta imponer con presión en las calles y que desde el oficialismo –imitando el libreto chavista– califican como golpe de Estado o intento de magnicidio cualquier manifestación contra el gobierno.
“Frente a esa consigna que se escuchó el pasado 21 de abril, de la movilización del uribismo de ‘Fuera Petro’, nosotros rechazamos toda acción encaminada a la ruptura institucional del país y exigimos que se respete el período constitucional del presidente Petro”, manifestó el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Fabio Arias, en una declaración recogida por la agencia EFE.
Y por si fuera poco, en las manifestaciones se pudieron observar una vez más banderas del M-19, la narcoguerrilla a la que perteneció Petro, y también participó el partido Comunes (antes FARC), en el que militan los guerrilleros desmovilizados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Pero no hubo manera de superar la asistencia masiva a las marchas del 21 de abril contra el Gobierno. En distintas tomas de la prensa local se observó una plaza de Bolívar con poca asistencia que contrasta con las imágenes de hace un par de semanas.