FRANK CALZÓN,
Edmundo González Urrutia fue electo por una mayoría abrumadora, pero perseguido y encarando una orden de arresto, acaba de llegar a Madrid, donde lo recibieron el gobierno y la oposición, más dos expresidentes; y el parlamento español le ha declarado por votación de la mayoría presidente electo de Venezuela, recomendando al gobierno que haga lo mismo.
Nicolás Maduro, cuyo período electoral termina el 9 de enero continúa en Caracas, quiere mantenerse en el poder, pero no ha publicado las actas de los comicios del pasado 28 de julio.
La oposición distribuyó hace semanas copias de las actas que demuestran la elección de Edmundo González.
¿Cómo es posible que eso haya sucedido bajo las mismas narices de un dictador que cuenta con todos los resortes del poder?
Para acceder a una respuesta pudiésemos revisar la estrategia de María Corina Machado, la carismática líder del pueblo venezolano:
María Corina, se encuentra en Venezuela, y desde allí dedica todos sus esfuerzos, lanza todas sus flechas contra la dictadura. No gasta energías ni recursos en criticar a ningún otro líder de la oposición.
El mensaje de la oposición es uno de optimismo en la búsqueda de una solución que beneficie a todos los venezolanos. Cuando su comitiva fue detenida por la policía en un cruce de carreteras, María Corina se bajó de su automóvil y se acercó a los militares que bloqueaban el camino, para decirles que trabajaba por una nueva Venezuela para bien de los hijos y los nietos de todos los venezolanos, incluyendo los de los policías.
La oposición desechó la violencia y usa los mismos métodos que utilizaron Lech Walesa en Polonia y Vaclav Havel en Checoslovaquia para derrocar al comunismo en Europa Central. Y años antes, utilizó Mahatma Gandhi, para independizar a la India, a pesar de los ejércitos británicos presentes en el subcontinente asiático.
Como en Lituania y otros países bálticos y en Europa Central, la oposición desechó públicamente la vía insurreccional y la violencia como instrumento político, haciendo posible la solidaridad internacional y la participación ciudadana de todos los venezolanos: hombres y mujeres, viejos y jóvenes, y hasta estudiantes de secundaria.
Otro factor de importancia para los venezolanos es la reunificación familiar. Hoy el sueño venezolano es simplemente lograr que llegue el día en que millones de venezolanos puedan regresar al seno de sus familias en una Venezuela libre y próspera. Para que eso suceda, Nicolás Maduro se tiene que marchar.
Coincidiendo con todo lo anterior, la oposición logró desarrollar un apreciable impacto internacional que incluye prensa, organizaciones internacionales y líderes de opinión. También logró movilizar en varias capitales alrededor del mundo a miles de venezolanos exiliados, pero también a las diásporas nicaragüenses y cubanas.
Lo cierto es que cada día que pasa aumenta la represión y Nicolás Maduro tiene menos credibilidad. El pueblo venezolano sufre en carne propia el despotismo de Maduro y la guardia pretoriana que lo proteja cortesía de Raúl Castro.
El futuro de Venezuela es incierto, pero dada su importancia el futuro de la democracia en América Latina también está en juego. Está por ver, si en Washington y en otras capitales tienen en cuenta el clamor de libertad de ese bravo pueblo.
Frank Calzon es un politólogo cubano y exrepresentante en Washington de Freedom House.