El armamento que posee la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco-Malleco (CAM), una organización armada de los mapuches chilenos para destruir escuelas, iglesias, compañías forestales, hospitales y carreteras, fue facilitado por el régimen cubano a través de una venta ilegal. En el arsenal se incluyen explosivos y armas de guerra.
Este suministro de armas, por demás peligroso para la seguridad nacional, representa el respaldo directo de la dictadura al “proceso de recuperación territorial” histórico, que los mapuches mantienen con el Estado chileno.
Las indagatorias de los peritos de la Policía de Investigaciones (PDI) descubrieron el negocio en el juicio del vocero de la CAM, Héctor Llaitul, quien está acusado de incitación y apología a la violencia de la Ley de Seguridad del Estado, usurpación, hurto de madera y atentado a la autoridad.
La revisión del teléfono celular del imputado permitió colectar las conversaciones sobre un viaje hecho a Cuba, con el objetivo de adquirir armas de “grueso calibre”, así como también, las gestiones para ingresar el arsenal desde Argentina, publica BioBio.
Además, el equipo mantenía entre sus archivos, fotografías de los atentados que Llaitul utilizó para reivindicar los ataques ante los medios de comunicación.
Nexos con antecedentes
Los nexos de Llaitul en el exterior están documentados. Según un reporte de El Líbero, también las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) entrenaron como paramilitares a miembros de la CAM, liderada por Héctor Llaitul, tras la supuesta mediación que efectuó Manuel Olate, un dirigente del Partido Comunista chileno, ante la guerrilla colombiana no sólo a través de correos electrónicos intercambiados con Raúl Reyes, sino con visitas presenciales al campamento del insurgente.
De acuerdo con el medio, Olate se encontraba junto a Reyes durante la operación Fénix,, donde este fue abatido por autoridades colombianas pero la cercanía impulsó la radicalización de las “acciones de autodefensa” de los mapuches en los fundos Chequen y Santa Marina de Forestal Mininco, fundo San José de Trintre de Forestal Arauco, Santa María y Santa Guillermina de Forestal Cautín, El tesoro de Forestal Comaco y el fundo El Porvenir en los incendiados en los últimos dos años.
Juicio con detalles
Llaitul tendrá tiempo para responder por la compra de armas de guerra de los mapuches y sus vínculos con La Habana y las FARC considerando que el juicio en su contra tiene 29 audiencias en agenda. De ellas, ya se han efectuado siete, dos de las cuales se concentraron en la presentación de su declaración ante la presidente de la Sala del Tribunal Oral de Temuco, Rocío Pinilla sobre los hechos que la justicia le imputa.
Llaitul no ha sorprendido a nadie hasta ahora. Aunque hay un arsenal cubano de fusiles marca Colt M-16, calibre 5.56 incautados y atribuidos a sus gestiones, en ambas comparecencias reafirmó sus dichos contra el capitalismo, defendió su rol de werkén -vocero indígena- e incluso, calificó como “preso político mapuche perseguido por sus ideas”.
“Soy perseguido por expresar planteamientos políticos o culturales relacionados precisamente con el conflicto entre el pueblo nación mapuche y Estado chileno”, aseveró en el tribunal.
Fiscalía desmiente
El fiscal regional Roberto Garrido desestima el discurso del dirigente al consignar una acusación técnica que reúne elementos de prueba que acreditan los delitos invocados que van desde pruebas testimoniales y peritajes sobre la comisión del delito.
“El imputado hacía mucho más que simplemente un llamamiento a las comunidades, si no que estaba más bien detrás de una serie de decisiones que son relevantes para los efectos de poder concretar las acciones de violencia y los sabotajes, como él los denomina” ha dicho el fiscal, quien solicita desde el Ministerio Público una pena de 25 años de cárcel.