WASHINGTON — El Senado de Estados Unidos votó la noche del jueves a favor de suspender el límite de endeudamiento federal, tras semanas de tensas negociaciones a solo cuatro días de la fecha límite para evitar la amenaza de un desastroso default.
Los legisladores trabajaron hasta entrada la noche para concretar el acuerdo bipartidista y enviarlo al escritorio del presidente Joe Biden para que lo promulgue antes de que venza el plazo.
El paquete negociado entre Biden y el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, no satisface plenamente ni a republicanos ni a demócratas. Pero el resultado, tras semanas de reñidas negociaciones presupuestarias, da carpetazo a la volátil cuestión del techo de la deuda, que amenazaba con trastornar la economía estadounidense y mundial, al menos hasta 2025, después de las próximas elecciones presidenciales.
Los economistas advirtieron que el país podría quedarse sin liquidez para pagar sus deudas el lunes, dejando un estrecho margen para la promulgación de la ley de Responsabilidad Fiscal, que extiende la autorización de endeudamiento del país hasta 2024, a cambio de un recorte del gasto federal.
La cámara alta del Congreso aprobó el proyecto de ley después de que la Cámara de Representantes lo tramitara, con lo que no habrá un enfrentamiento por el tema de la deuda hasta después de las elecciones presidenciales.
El acuerdo, negociado directamente por el presidente estadounidense, Joe Biden, y los republicanos, fue aprobado en el Senado con una mayoría cómoda de 63 contra 36.
«Nadie logra todo lo que desea en una negociación, pero no nos equivoquemos, este acuerdo bipartidista es una gran victoria para nuestra economía», afirmó Biden en una declaración en redes sociales.
Dijo además que promulgaría la ley «tan pronto como sea posible» y se dirigirá al país el viernes.
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, señaló que el país podrá «tener un respiro de alivio» tras evitar un «catastrófico» colapso económico.
«Sin embargo, por todos los altibajos y giros que nos ha costado llegar aquí, es muy bueno para este país que las dos partes al fin hayan logrado evitar el default», agregó.
La medida -que va ahora al despacho de Biden para ser promulgada – terminó con un intenso tira y afloja entre los líderes de cada partido y miembros de las bancadas, que habían amenazado el paso del proyecto con argumentos de última hora sobre los detalles.
Los líderes demócratas pasaron meses advirtiendo sobre los estragos que podría acarrear la primera moratoria en la historia de Estados Unidos, incluyendo la pérdida de millones de empleos y unos 15 billones de dólares de la riqueza de los hogares, además de un encarecimiento de las hipotecas y otros préstamos.
Fondos para la defensa
El último drama de la noche surgió tras una serie de votaciones fallidas sobre enmiendas solicitadas en particular por los republicanos, que en un momento dado amenazaron con retrasar el proceso, aplazándolo.
Los senadores decidieron ofrecer 11 modificaciones al texto de 99 páginas, muchos de los cuales estuvieron relacionados con la financiación a sus proyectos -desde el control en las fronteras y el comercio con China, hasta los impuestos y el medioambiente.
Halcones de la defensa molestos por el límite a los gastos del Pentágono, ajustado al presupuesto solicitado por Biden de 886.000 millones de dólares, amenazaron con descarrilar todo el proceso de aprobación.
Al final estuvieron de acuerdo con el ofrecimiento de un proyecto de ley separado que otorgará fondos para la defensa de Ucrania contra la invasión rusa y promoverá intereses de seguridad nacional de Estados Unidos en Oriente Medio y de cara a la amenaza de China contra Taiwán.
Políticamente «tóxico»
El límite de deuda ha sido elevado más de 100 veces para permitir que el gobierno cumpla con sus compromisos de gastos, por lo general sin drama y con el apoyo de los demócratas y republicanos.
Ambas partes consideran que aumentar el límite de deuda es políticamente tóxico, pero reconocen que no hacerlo hundiría la economía estadounidense en una recesión, sacudiendo además los mercados mundiales.
Los republicanos esperaban usar esta ampliación de la deuda para criticar lo que consideran gastos excesivos del gobierno demócrata de cara a las elecciones presidenciales de 2024, aunque los aumentos en el techo de deuda solo cubren los compromisos ya asumidos por ambos bandos.
El republicano Kevin McCarthy, presidente de la Cámara de Representantes, sostuvo que el proyecto de ley negociado por semanas fue una gran victoria para los conservadores, aunque se enfrentó a sus correligionarios más radicales que lo acusaron de hacer demasiadas concesiones.
Se quedó corto por uno de los 150 votos -dos tercios de su bancada- que había prometido conseguir en la cámara baja, y necesitó los votos demócratas para que la iniciativa pasara al Senado.
Entre los demócratas, la votación fue recibida como una gran «victoria» de Biden, que logró proteger casi todas sus prioridades internas de los recortes con los que amenazaban los republicanos.
«Esta legislación protege la plena fe y el crédito de Estados Unidos y preserva nuestro liderazgo financiero, que es fundamental para nuestro crecimiento y estabilidad económicos», declaró la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen.