IBÉYISE PACHECO,
He corroborado que Nicolás Maduro resiste que le endilguen algunas verdades tales como criminal, corrupto o torturador sin que eso le afecte particularmente, pero en cambio se enfurece ante el registro público del desprecio del pueblo. Y eso por estos tiempos le sucede dramáticamente siempre y no puede evitarlo porque no hay nada que persuada a las masas a asistir a uno de sus eventos, mucho menos a emocionarse. Lo que consigue su equipo de campaña y que luego es publicitado, es el esfuerzo de producción, que cual serie de televisión paga a los llamados extras -empleados públicos- para que hagan bulto. A eso hay que agregar un trabajo de edición y también inteligencia artificial. El resto es Maduro mirando un horizonte vacío que nunca se muestra.
Todos los fondos que deberían ser destinados para la comida, la asistencia social, o la educación de los venezolanos han comenzado a ser dirigidos para la gran operación electoral del próximo 28 de julio. Maduro no se plantea bajo ningún escenario entregar el poder, pero para retenerlo necesita un relato creíble y no hay una sola medición donde él no sea derrotado por María Corina Machado, fiel depositaria de la esperanza del pueblo para sacarlo de Miraflores.
No es un rechazo natural el que Maduro genera en el ciudadano, es algo superior, más contundente. Hay mucho dolor y rabia. Es la certeza de que un personaje resentido y peligroso ha destruido el país, y piensa seguir haciéndolo. Esa certeza de que por mantenerse en el poder hará lo que sea, y lo que sea es eso, ahondar en delitos conocidos, incluidos los crímenes de lesa humanidad cometidos hasta ahora, colocando el futuro de Venezuela en un lugar tenebroso, en un espacio desolador y depauperado.
Recientemente Maduro se declaró candidato del Psuv al recibir, según él, el apoyo de 4 millones 200 mil militantes. Al respecto, una pregunta que leí en redes sociales me encantó: ¿entonces de los 10 millones que supuestamente votaron en el referendum consultivo del Esequibo, los 6 millones restantes son para María Corina?
Tenemos frente a nosotros un fraude anunciado con variables tan dolorosas como que los dos rectores supuestamente representantes de la oposición en el Consejo Nacional Electoral parecen convidados de piedra, o peor, votan con el enemigo. Sobre las intenciones de Maduro, fuentes de inteligencia advierten la planificación de movimientos en varias direcciones. Una es continuar con las detenciones contra el equipo de trabajo de María Corina e insistir en las versiones de supuestas conspiraciones y planes de atentados. Me aseguran que procuran testimonios como los que fabrica Tarek William Saab para que acusen a María Corina de tener un plan para incendiar al país. El paso siguiente sería ejecutar en el mes de mayo acciones identificables como las famosas guarimbas, ejecutadas por el oficialismo para culpar a la oposición. Trancar calles y algunas acciones violentas están dentro del guion. No se descarta la desaparición de personas. Diosdado Cabello y su gente estarían muy involucrados en esta fase. Los colectivos están esperando la orden y el dinero. El objetivo es sembrar el terror, según palabras de mi fuente.
En cuanto a los votos, cálculos oficialistas estiman tener que dirigir hasta 2 millones de votos en favor de Maduro lo que sería un mega fraude. El plan comienza en las máquinas con las que se haría el simulacro. A eso hay que agregarle aquellos que votarían varias veces. Los encargados de vigilar la ejecución del plan son los coordinadores, las figuras designadas en cada Estado que desde ya supervisan la conformación de equipos de su confianza.
La violencia es la alternativa que a Maduro le ha dado resultado. Lo que decida la Corte Penal Internacional lo ve lejano e improbable de aplicar. En cambio, más violencia complementa lo que en realidad ya viene ejecutando. Maduro, imbuido de impunidad y desparpajo se muestra seguro ante Estados Unidos. Ha visto suficientes señales contradictorias y en ocasiones de debilidad de parte de los americanos, y, por el contrario, sus lazos con Rusia e Irán le han dado el confort necesario.
Maduro sabe que solo gana con trampa. Y eso le basta.
La forma como se deben enfrentar estos escenarios anunciados ha de ser debate imprescindible para la dirigencia honestamente opositora. Coincido en todo caso con que tenemos que mantenernos en la ruta electoral. Eso exige cordura, generosidad, madurez, priorizar la estrategia y los objetivos. Implica también diferenciarse rotundamente de los alacranes. Es fundamental manejar los tiempos y considerar en primerísimo término que nuestra candidata es María Corina Machado, elegida en una histórica elección primaria.