MARÍA DURÁN,
A Julio Ariza, fundador del Grupo Intereconomía, hoy El Toro TV, lo convocó José Luis Rodríguez Zapatero cuando aún era presidente, y le anunció que el PP acabaría tragando con todas sus leyes ideológicas que tanto prometía entonces derogar. En ese momento a Julio Ariza aquello le pareció imposible. Doce años después de que Zapatero —muy malo y no muy inteligente, pero sí listísimo— abandonara el poder, en la derecha seguimos mamando ley del aborto, ley de memoria histórica, y rendición ante ETA. Entre otros horrores. La anécdota, que no es nada secreta, me la recordó esta semana José Antonio Fúster, gran amigo y ahora diputado en la Asamblea de Madrid.
De todo ello hay un culpable, diríamos ideológico, Zapatero, y otro que por cobarde lo es incluso más: el PP. Que por supuesto se lo tragó todo. Y sigue. La amnistía, tema del que hablaba con Fúster cuando me recordó la profecía zapateril, no es que los populares se la vayan a tragar, es que ya se la han tragado, como demuestra que esta semana hayan seguido validando a sus responsables como interlocutores legítimos al pactar con ellos las comisiones del Congreso y después celebrando todos juntitos el día de la Constitución. Haciendo como si se dijeran cosas feas los unos a los otros, eso sí. Harán alguna manifestación más con dj para hacernos creer que no comulgan con ruedas de molino. Pero ya.
Para poder vivir alguna vez en España en algo parecido a la Democracia, es esencial que desaparezca el PSOE, organización que en sus casi 150 años nunca ha sido otra cosa que una banda criminal. Pero para que eso suceda, antes deberá dejar de existir la entidad cuya razón de ser no es otra que apuntalar siempre al PSOE: el Partido Popular. Y cuando llegue ese día feliz, se volatilizarán sin haber entendido todavía que los votantes de derecha esperábamos de ellos una guerra total en todas las instituciones contra la izquierda que nos hace la vida imposible, y no un pasteleo digno de Yolanda Díaz con cualquier hombre que se le pone por delante. Y reclamándole a VOX que le devuelva a todos los votantes que sigue considerando suyos, aunque una parte nunca lo haya sido y otra esté tan dispuesta a votar a Feijoo como a Otegui.
Quienes hablan de «izquierda cainita» debe ser que nunca se han fijado en el entusiasmo con el que apuñala el PP al supuesto amigo. Ya sea Casado a Ayuso, Feijoo a Abascal o el partido al completo al electorado contrario a Sánchez, que no lo ha visto aparecer un sólo día por Ferraz y, francamente, tampoco lo espera. Pero se agradecería que ya que no hacen nada en realidad por parar el golpe de Estado, no nos molesten a los que sí, con declaraciones grandilocuentes en el Congreso el 6 de diciembre antes de irse a ver actuar a una cantante que debe ser amiga de Armengol. O eso o la contrató un sordo. Todos unidos como lo que son: lo mismo. El putrefacto Régimen del 78.
Ahora sabemos que Sánchez va a llamar al presidente del PP para renovar el CGPJ antes de que acabe el año. Todavía veo posible que Feijoo le dé el control de los jueces al PSOE y nos tomemos las uvas en Ferraz con cara de Rottenmeier Maestre. Hasta terminar de tragárselo todo.