La Unión Europea ha insistido a Venezuela en la importancia de celebrar unas elecciones presidenciales inclusivas y justas en 2024 para poder cristalizar el cambio de posición hacia el país y levantar las sanciones internacionales, en el marco de la reunión organizada por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, y el negociador de la oposición, Gerardo Blyde.
En el encuentro, celebrado en los márgenes de la cumbre de líderes de la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), participó también el líder de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y sus homólogos de Argentina, Alberto Fernández, y el de Colombia, Gustavo Petro, así como el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, en una cita en la que las partes aprovecharon para realizar «un intento de aproximar posiciones entre gobierno y oposición».
Todo con el foco puesto en que Venezuela organice unos comicios «inclusivos», «democráticos», y «aceptables para la comunidad internacional y para los venezolanos», con el que dibujar una hora de ruta para levantar sanciones y acercar al país a la comunidad internacional.
«Venezuela no puede dejar pasar la oportunidad de hacer esas elecciones y para eso estamos dispuestos a ayudar en lo que se pueda», ha asegurado el Alto Representante en declaraciones a su llegada a la reunión del Partido Socialista Europeo (PES) en Bruselas.
Según ha argumentado, la cuestión ahora es «cómo avanzar a la vez en el levantamiento progresivo de las sanciones y normalizar el proceso, liberando presos políticos y haciendo que todos los líderes se puedan presentar a las elecciones».
En este sentido, Borrell ha enmarcado la iniciativa de Francia en una aproximación y ha indicado que del encuentro «no salieron muchos acuerdos». «Pero fue una buena iniciativa. Creo que fue bueno que se pusiera sobre la mesa el problema», ha resumido.
De lado europeo, se valora que el encuentro sirvió para hacer balance y poner luz a la voluntad de llegar a resolución cuanto antes de la crisis. Sobre la mesa estuvo la celebración de unas elecciones inclusivas y también la puesta en marcha del plan humanitario de Naciones Unidas para movilizar fondos para el país, en una forma de ofrecer incentivos a Venezuela para dar pasos hacia la normalización política.
La UE tiene el objetivo declarado de retomar las relaciones con Caracas y se ha abierto a revisar las sanciones individuales contra los líderes del régimen de Nicolás Maduro, «al compás» de los cambios que promueva Venezuela para celebrar elecciones libres.
La diplomacia europea ve «totalmente diferente» la situación en Venezuela y quiere aprovechar el clima político en la región «más propicio», con la implicación de Colombia y Brasil en la salida democrática a la crisis política y social en el país caribeño. Si bien, considera clave que se produzcan avances en el diálogo entre Gobierno y oposición en México y que se den pasos para unas elecciones justas en 2024.
Esta reunión llega tras las críticas de las autoridades venezolanas al posible despliegue de una misión de observación electoral de la UE y las críticas a la presencia europea en los comicios regionales y locales de finales de 2021, a la que acusan de «inmiscuirse en los asuntos políticos internos».
La UE también ha criticado la inhabilitación durante 15 años a la destacada opositora María Corina Machado y ha advertido de que este paso agrava la crisis en el país y va en la dirección contraria a celebrar elecciones presidenciales transparentes en 2024.