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Análisis, diagnósticos, tratamientos

ENRIQUE GARCÍA-MÁIQUEZ,

He leído con gran interés una información de Juanma Lamet en El Mundo. Cuenta que el PP ha encargado estudios para explicarse el pinchazo de sus expectativas en las últimas generales. Han detectado cuatro vías de agua. Según Lamet, Feijoo se las ha confesado en una cena a su Junta Directiva Nacional. Hay que distinguir entre las vías de agua que han detectado los estudios demoscópicos postelectorales (¿los habrá hecho Michavila?), la interpretación que de ellos hace el PP y la interpretación que hago yo de la interpretación del PP. Es importante no confundir las tres dimensiones de la cuestión.

Las vías de agua son: 1) las mujeres y los jóvenes LGTBIQ+ se «refugiaron» [sic de la información] en el PSOE; 2) el voto por correo se escoró a la izquierda; 3) los pensionistas votaron al partido que acababa de subirles las pensiones; y 4) los pactos con Vox asustaron al votante moderado del PSOE, que siguió votando a Sánchez.

Las reflexiones del PP son: 1) que hay que feminizar más los puestos, los discursos y las políticas del partido; 2) que habían calculado mal el peso del voto por correo; 3) que subir las pensiones ha funcionado; y 4) que, según un barón, habría que haber congelado los pactos con Vox hasta después de las generales.

Y ahora vienen mis análisis. No sobre los hechos estudiados porque yo estoy aquí en mi despacho y no tengo estudios demoscópicos alternativos, así que doy por buenos los que hay, que, de hecho, me parecen plausibles. Quiero comentar las conclusiones del PP.

A cualquier partido democrático tendría que preocuparle la distorsión por la que en nuestra democracia haya algún colectivo que sienta que se tiene que «refugiar». Sobre todo, porque no es verdad que ningún partido —salvo los nacionalistas— discuta el art. 14 de la Constitución que proclama la igualdad entre todos los españoles. La idea de «feminizar» el PP implica dar a un miedo irracional una razón que no tiene. Si la distorsión funciona electoralmente a la izquierda, entramos en una carrera por victimizar a unos colectivos, mientras que el PP, al intentar adaptarse a esa victimización, la legitima. Habría que serenar el discurso y explicar bien que nadie tiene que buscar refugio en ningún sitio y que en los partidos no hay que feminizar ni masculinizar nada, sino alentar el talento, que falta nos hace.

Frente al segundo punto, curiosamente no hacen crítica alguna ni proponen soluciones. Se perdió en el voto por correo. Se calculó mal. Vale y ¿por qué? Yo apuntaría que el triunfalismo de Feijoo con sus muchos más de 150 escaños seguros, decía, fue la causa de que la derecha no se tomase la molestia del voto por correo. Eso y el tono bajo. Mientras Sánchez y Sumar metían miedo a voz en grito, Feijoo proponía dejar gobernar a la lista más votada y pactos con el PSOE. No empujaba a hacer cola a Correos.

El tercer punto tampoco se analiza ni, mucho menos, se enfrenta. Se constata: subir las pensiones hace subir la intención de voto de los pensionistas. La conclusión implícita es que cuando el PP pueda, las subirá. Una pedagogía sobre el problema demográfico y sobre los riesgos que acechan al sistema de pensiones quizá sería una respuesta más digna.

El cuarto punto es el más llamativo. Demos por bueno que los pactos con Vox han restado voto moderado al PP. Aquí sí hay una propuesta táctica desde el PP: se deberían —dicen— haber metido las negociaciones en el congelador (o, mejor dicho, en el armario) hasta después de las elecciones. No puedo estar más en desacuerdo, porque eso implica engañar a tus electores al más puro estilo Sánchez. Mi postura es que habría que haber cerrado todos los acuerdos necesarios como se hizo en Valencia: rápido, claro y sin complejos. Y luego lanzar el siguiente mensaje electoral: «Aunque, por supuesto, Vox es mejor que el Frankenstein y que el PSOE solo y, además, ni es homófobo ni machista ni mínimamente inconstitucional, si usted quiere gobiernos menos de derechas, denos la mayoría absoluta a nosotros. Cuanta más fuerza electoral tenga el PP, más centristas nos saldrán los gobiernos». Con esto habrían solucionado el punto 1 y el punto 2 (por el entusiasmo).

No se trata de hacer sangre ahora con el agua pasada. Pero ya que en el PP tienen el acierto de ponerse a analizar bien qué ocurrió, no quisiera que tanto estudio demoscópico postelectoral y tanta cena de la Junta Directiva se desperdicien como si nada. Si analizan, de verdad y a fondo.

Fuente: La gaceta de la Iberosfera

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