viernes, julio 26, 2024
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El acoso, una enfermedad a la que se debe prestar atención

RICARDO TORRES CASTRO,

Aunque pareciera el que tema del acoso está muy trillado, lo cierto es que no aprendemos. Aunque siempre ha estado instalado en la sociedad, vemos como se viene agudizando este problema insidioso que afecta a personas de todas las edades, géneros, culturas y familias.

Es muy común que cuando se habla de frente de acoso, pensemos solo en el ‘bullying’ escolar o las intimidaciones en redes sociales, desconociendo otras formas que van más allá. La primera premisa para tener en cuenta es que el sujeto acosador ha sido tratado como un enfermo y esto lo ha victimizado al punto en que, con la enfermedad, muchos justifican sus acciones.

Al acosador no se le puede ni considerar, ni justificar, ni absolver. Por lo general nunca se afecta solo a una víctima, sino al círculo social y familiar de las víctimas. En el mundo laboral, por citar un ejemplo, el acoso puede tomar la forma de acoso sexual, acoso moral o discriminación. Hay acosadores que manifiestan las tres formas.

Es muy común, inclusive, que cuando, entre iguales, existe alguna confrontación, la parte más vulnerable psíquicamente emprenda persecución en contra de los familiares, buscando estar ebrio para llamar, hostigar, fastidiar y afectar el buen nombre de las personas sin consideración y pudor alguno frente a las personas que reciben este tipo de llamadas, ¡por lo general, mujeres! El enfermo —en este caso, el acosador— pierde la fuerza de su voluntad, su carácter, y termina destruyéndose a sí mismo, su autoestima y, por ende, su personalidad.

Por lo general su instrumento más eficaz es la tecnología, las redes sociales y la comunicación en línea. De este vehículo de acoso se configura el delito cibernético. La sentencia C-222/2 señala que “un fin legítimo es el de proteger la intimidad personal y familiar de las personas y velar porque no sucedan intromisiones arbitrarias a la vida privada sin su consentimiento… Por esto, ante una imputación, por ejemplo, que pretenda dañar a una persona al relacionarla con alguna situación de su esfera íntima, no es posible aplicar la excepción de veracidad, pues hacerlo, solo provocaría un daño más profundo a su privacidad… En el proceso penal de injuria —si es en el caso de una imputación ‘deshonrosa’—, si el sujeto activo de la conducta penal pudiera demostrar la veracidad para eximirse de responsabilidad penal, este hecho implicaría una doble victimización para el sujeto pasivo, quien su vida privada e intimidad se verían expuestas nuevamente ante una autoridad judicial”.

Si usted hoy es víctima de acoso, tenga en cuenta que la injuria y la calumnia son delitos, por lo cual, en Colombia, existen sanciones legales para aquellos individuos que levanten falsos testimonios y difamen a otros mediante la difusión de información falsa, insultante o ‘chismes’. Podría incurrir en una pena de hasta 72 meses si es por calumnia y hasta 54 meses si es por injuria; podría pagar hasta 1.500 salarios mínimos legales vigentes.

En otros casos, cuando el directo afectado es un adulto mayor, además. mujer, se configuran otros delitos conexos. La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, en la convención Belém do Pará, establece principios para la erradicación de las violencias a las que las mujeres se ven expuestas. El articulo 8, en particular, llama la atención: “En igual sentido se considerará a la mujer que es objeto de violencia cuando está embarazada, es discapacitada, menor de edad, anciana, o está en situación socioeconómica desfavorable o afectada por situaciones de conflictos armados o de privación de su libertad”.

La mayoría de acosos hoy es en contra de las mujeres; inclusive, cuando el problema es entre hombres, el acosador ve en la mujer un sujeto débil para acosar.

Muy poca pedagogía se ha hecho de esto, al punto en que aún se encuentra en nuestra sociedad una serie de justificaciones entorno al acoso. Estaba borracho y no me di cuenta; para que se visten de esa manera, no me gusta su forma de pensar, como es una vieja sola, seguro ella no siente nada; como se trata del familiar de ese tal por cual, entonces me creo con autoridad de difamar; como este me las debe, entonces yo le afecto a su familia; como ya no trabajo con él, entonces puedo hacerle daño; entre otros muchos.

En fin. Son muchas las maneras como el acoso se sigue instalando y las justificaciones que hay en torno a él como para minimizar los efectos que genera.

El acoso, en sus diversas formas, es un problema complejo que afecta no solo a las personas directamente involucradas, sino también a sus familias.

Es importante tomar medidas para combatir el acoso en todas sus manifestaciones. La educación, la concienciación y el apoyo emocional son esenciales para ayudar a las víctimas y a sus seres queridos a superar las secuelas emocionales y psicológicas del acoso.

Además, es responsabilidad de todos promover un mundo más inclusivo y respetuoso que no encubra ni justifique donde el acoso no tenga cabida y donde las familias puedan vivir.

Fuente: Diario Criterio

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