sábado, julio 27, 2024
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Elecciones en Nicaragua: un guion escrito por Ortega que conduce a un falso diálogo

Daniel Ortega se aseguró de encarcelar e inhabilitar a candidatos y activistas opositores. Su objetivo se cumplió. Ahora, con el camino libre para las elecciones generales de 7 de noviembre, su régimen anunció un diálogo que solo busca legitimarlo y extender su poder una vez que pasen los fraudulentos comicios que ya el grueso de la comunidad internacional ha anunciado que no reconocerá.
La Policía de Nicaragua confirmó en septiembre la detención del sociólogo Irving Isidro Larios Sánchez por “actos que menoscaban la independencia” del país. Con él suman 37 dirigentes opositores tras las rejas, incluyendo a siete precandidatos a la presidencia que ni siquiera pudieron inscribirse. Otros dos están en el exilio. Además, el Consejo Supremo Electoral (CSE) de Nicaragua inhabilitó en agosto pasado a Ciudadanos por la Libertad (CxL), el principal partido opositor.

“Después de que el pueblo reafirme este próximo 7 de noviembre que el Frente Sandinista va a continuar gobernando en este país… se abre un gran diálogo nacional, donde van a caber todos», esbozó el diputado oficialista Wálmaro Gutiérrez. El régimen de Ortega da por hecho su tercera reelección consecutiva. Su quinto mandato. Sin embargo, el supuesto diálogo tampoco está exento de críticas. Sería el tercero en los últimos tres años, el cual –igual que sus predecesores– solo servirá para afianzar a la dictadura en el poder.
«El guion para las elecciones ya está escrito y Ortega ha hecho todo lo posible para eliminar cualquier tipo de desafío», afirmó Tiziano Breda, analista de Crisis Group para el Triángulo Norte y Nicaragua, en entrevista con PanAm Post. Añadió que el dictador encaminó al país «a un régimen de partido único» donde otras organizaciones fungen de fachada de una participación multipartidaria, pero sin una oposición real.
Hay varias preguntas válida en medio de este escenario. ¿Para qué va a servir ese diálogo anunciado por el diputado Gutiérrez? Además ¿Con quién pretende dialogar Ortega si los principales opositores están presos? Esta maniobra ya ha sido usada en otros países de la región para atornillarse en el poder. Venezuela es el mayor ejemplo.

Un diálogo «a la medida» del régimen

La cúpula del régimen nicaragüense, liderada por Ortega y su esposa, la vicepresidente Rosario Murillo, anunció este diálogo porque en el fondo, lo necesita para mantenerse en el poder. Sería una manera de «pretender algún tipo de desescalamiento» a sabiendas de que es una demanda que se está dando a nivel internacional «y que es quizás una de la maneras para recuperar algún tipo de legitimidad luego de las elecciones del 7 de noviembre», afirma el analista de Crisis Group para el Triángulo Norte y Nicaragua.

Un punto importante es que minutos después de su anuncio, el diputado Wálmaro Gutiérrez, descartó que puedan participar grupos opositores organizados luego de las protestas de 2018. Estos fueron parte de las conversaciones de ese año, dirigidas por la Conferencia Episcopal de Nicaragua. A juicio de Breda, el nuevo diálogo será «una fachada» con sectores o partidos políticos más complacientes y parte del empresariado que esté dispuesto a sentarse.
Para estas elecciones en Nicaragua varias coaliciones sí lograron inscribir a sus candidatos. Por ejemplo, el Partido Liberal Independiente (PLI), Camino Cristiano Nicaragüense, Partido Liberal Constitucionalista (PLC) o el Partido Alianza por la República (APRE). «Lo que busca es un diálogo a su medida que no aborde los temas que están en la base de la crisis actual».

La necesidad de aliviar sanciones

En 2019 la Unión Europea (UE) anunció sanciones a Nicaragua debido a la crisis social y política auspiciada por el régimen de Daniel Ortega, así como la represión y violación de derechos humanos. A inicios de esta semana, la UE informó que las extendió hasta el 15 de octubre de 2022. En total 14 funcionarios están sancionados, incluyendo a Rosario Murillo.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos no se queda atrás y en junio pasado impuso nuevas sanciones a raíz del encarcelamiento de opositores. En la lista están el presidente del Banco Central; Leonardo Ovidio Reyes Ramírez y Camila Antonia Ortega Murillo, hija de Ortega y coordinadora de la Comisión de Economía Creativa; entre otros.
El interés principal de organizar un tercer intento de conversaciones podría en parte deberse a estas sanciones contra su familia y funcionarios, asegura Tiziano Breda. No solo eso, Ortega también buscaría relaciones diplomáticas basadas «en la no intromisión de asuntos internos».

Las encuestas no mienten

La dictadura venezolana también está dialogando. Desde México firmó un memorando con la oposición, que le concedió a Nicolás Maduro más beneficios que restricciones. El vocero de Crisis Group afirma que si bien Ortega busca un fin similar, que lo alivie de la presión internacional y le de tiempo, en el caso de Nicaragua el próximo diálogo es posiblemente «el ejercicio necesario para encontrar una salida negociada de una crisis que opone una parte de la sociedad con otra».
Este último objetivo es precisamente lo que quieren los nicaragüenses. La última encuesta de CID-Gallup reveló que si las elecciones del 7 de noviembre se celebraran en octubre, Daniel Ortega se llevaría tan solo 19 % de los votos, mientras que el candidato de oposición (cualquiera de los que están presos o en el exilio), obtendría 65 %. El 16 % no sabe o no responde. Es decir, sin tener un rostro en la boleta, la oposición ganaría.

¿Qué dicen los demás países?

Respecto a la posición del resto de la región frente a la crisis en Nicaragua, Breda asegura que ha habido falta de una respuesta coordinada producto de la pandemia del COVID-19, que cada gobierno ha tenido que atender internamente. A esto se suman las protestas sociales en varios países los últimos años, sobre todo en América Latina. Todo provocó «una situación tibia» sobre posibles críticas.
Recientemente, Estados Unidos rompió parte de ese silencio. El portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, aseguró que las elecciones serán un «farsa» y han perdido «toda credibilidad» por las maniobras «autócratas» del régimen. «Ya es una conclusión inevitable que Ortega se asegurará de que las elecciones de noviembre sean una farsa, y que se proclamará a sí mismo victorioso».
Las cartas están echadas y solo falta que termine la cuenta regresiva para las elecciones en Nicaragua. Con todos los opositores presos, Ortega prácticamente aseguró su reelección. Pero sigue teniendo la soga al cuello con sanciones y presión internacional. El tiempo dirá qué otras artimañas usará para salir a flote.
Fuente: PanamaPost

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