“La historia que se desarrolló en 2020 y continúa hoy no se parece en nada a lo sucedido en los últimos 100 años”, dijeron en el informe los expertos de los Centros para Servicios del Medicare y Medicaid. El informe, difundido en la publicación digital Health Affairs, mide anualmente el impacto que la atención de salud tiene en toda la economía.
El año pasado, cuando las cirugías electivas fueron canceladas y las consultas a distancia reemplazaron las visitas a los consultorios, el Congreso aprobó en forma abrumadora medidas bipartidistas para canalizar decenas de miles de millones de dólares a fin de evitar el colapso del sistema privado de salud.
Junto con el gasto federal directo en contramedidas relacionadas con el COVID y el dinero canalizado a Medicaid de los estados, la estrategia funcionó en gran medida, dijo el economista Douglas Holtz-Eakin, exdirector de la Oficina de Asuntos Presupuestarios del Congreso de Estados Unidos (CBO por sus siglas en inglés y apartidista) y asesor en políticas para los republicanos.
“Los casos de COVID impidieron a los hospitales atender su lista habitual de pacientes”, dijo Holtz-Eakin. “El dinero del rescate proveniente del gobierno federal fue en verdad importante cuando las otras fuentes simplemente se acabaron”. Un Fondo de Asistencia a Proveedores por 122.000 millones de dólares, mediante el cual los hospitales podían solicitar dinero de los contribuyentes para compensar sus pérdidas, constituyó el eje.
“Cuando miro a 2020, no fue perfecto, pero creo que el Congreso merece altas calificaciones por lo que logró”, señaló Holtz-Eakin.
La cantidad de 4,1 billones de dólares para 2020 representa un aumento de alrededor de 365.000 millones de dólares respecto al gasto nacional de salud en 2019. La cifra equivale a 12.530 por persona.
Fuente: Diario las Américas