Como dijo –según el relato popular– el dictador soviético Joseph Stalin, “no importa quién vota, sino quién cuenta los votos”. En el caso de Venezuela, la ironía parece haber superado la realidad. El humor criollo –que se pone de manifiesto hasta en los peores momentos– ha llevado a muchos a insinuar cuando se acercan unas elecciones que el Consejo Nacional Electoral (CNE) manejado desde Miraflores ya tiene previamente los resultados y solo faltan los votos.
La sabiduría popular bien podría ser más atrevida en esta ocasión sin temor a exagerar, cuando la dictadura inhabilitó a la indiscutible ganadora de las primarias, María Corina Machado, impidió la postulación de la elegida para representarla, Corina Yoris, y ha obstaculizado de manera descarada la inscripción de más de cuatro millones de venezolanos en el exterior. Aún así, el organismo electoral avanza con un cronograma hecho a la medida del régimen para unas presidenciales que se celebrarán el 28 de julio bajo la mirada pasiva de una comunidad internacional que muy poco hace por garantizar el retorno de la democracia a Venezuela.
Para colmo, en el tarjetón electrónico que se dio a conocer este lunes, Maduro acapara toda la primera línea y un poco más, hasta repetirse 13 veces su rostro en cada una de las tarjetas de las formaciones políticas oficialistas, encabezadas por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). El criterio de escogencia que favoreció al chavismo gracias a que el CNE tomó en cuenta los resultados de las elecciones parlamentarias de 2020 –en las que no participó la oposición– dejó a la Mesa de Unidad Democrática (MUD) uno de los últimos turnos para ubicar la tarjeta que guarda el diplomático Edmundo González con posibilidad de sustituir su cara hasta el 20 de abril.
Si bien el periodista especializado en la fuente electoral, Eugenio Martínez, aclaró que el CNE no ha publicado el tarjetón definitivo porque aún falta la imagen oficial de los candidatos, en la ilustración presentada por el organismo electoral ya se muestra la posición de las tarjetas, una distribución que no cambiará.
Observadores a la medida
Hasta el 20 de abril se pueden modificar o sustituir candidaturas, habiendo una remota oportunidad para que Corina Yoris, la elegida por María Corina Machado, tome el lugar de Edmundo González Urrutia, el postulado por la MUD para guardar el puesto. Pero el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, se encargó de pisotear esa posibilidad al decir que solo podrán tomar el lugar aquellos candidatos que hayan sido aceptados por el CNE. Justamente a Yoris no se le permitió inscribirse a pesar de no estar inhabilitada ni tener ningún otro impedimento. Las explicaciones para este bloqueo nunca fueron dadas.
Pero el teatro no estaría completo sin un público complaciente que aplauda la paupérrima función. Por eso, Nicolás Maduro invitó a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y a “una amplia delegación de acompañantes de la Unión Africana” como “observadores” el próximo 28 de julio.
Colombia recibió una especial invitación, posiblemente buscando acercarse nuevamente al gobierno de Gustavo Petro, que hace unos días expresó “su preocupación por los recientes acontecimientos acaecidos en ocasión de la inscripción de algunas candidaturas presidenciales” haciendo referencia a Corina Yoris, agregando que consideraba esta irregularidad como un “golpe antidemocrático”. Sin embargo, ese capitulo parece haberse cerrado. Petro viaja este martes por quinta vez a Caracas para reunirse con su aliado Maduro.
Junto al mandatario colombiano también había marcado distancia su par brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, al reclamar que no hubo ninguna razón jurídica que justificara el bloque de la candidata de la MUD. Algo nada conveniente en Caracas.
El libreto ruso
Entre aliados se cubren. El ejemplo más reciente ocurrió en Rusia con unas votaciones que figuraron como un mero trámite para que Vladímir Putin continuara en el poder.
El chiste se contó solo. Una misión de observadores venezolanos, encabezada por funcionarios del CNE y diputados chavistas, aterrizó en Moscú en marzo para avalar un proceso en el cual Putin pidió a sus funcionarios garantizar el 75 % de participación en territorios ocupados de Ucrania: Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón.
El show ya está en marcha mientras que a los venezolanos en el exterior se les pone una larga lista de obstáculos para actualizar sus datos en el Registro Electoral (RE), como por ejemplo, presentar documentos que por razones ajenas a su voluntad no tienen vigentes y rechazar los registros consulares sin dar mayor explicación incluso si dichos documentos son presentados.