BUENOS AIRES.- En una jornada marcada por la protesta, Argentina enfrenta este jueves su segunda huelga general contra las políticas de ajuste promovidas por el presidente Javier Milei. Las calles de Buenos Aires se vieron semidesiertas, con una reducida presencia de transporte público, escuelas y bancos cerrados, y una mínima actividad comercial.
La medida convocada por la Confederación General del Trabajo (CGT) dejó prácticamente paralizados los principales medios de transporte del país, con terminales ferroviarias y portuarias vacías y cientos de vuelos reprogramados en el aeropuerto de Buenos Aires. Aunque algunos autobuses circulaban, lo hacían con escasos pasajeros, y el tráfico de automóviles particulares era similar al de un día festivo.
La CGT critica al gobierno de Milei por su falta de diálogo social y la implementación de un ajuste económico que afecta especialmente a los sectores de menores ingresos, clases medias asalariadas, jubilados y pensionados. En medio de una fuerte recesión económica y una inflación alarmante, las políticas de ajuste han provocado despidos masivos, eliminación de subsidios y un deterioro en los salarios y las jubilaciones.
La actividad industrial registra caídas significativas, con una contracción del 21,2% en marzo y un hundimiento del 42,2% en el sector de la construcción. Esta situación se agrava con la coyuntura de la «cosecha gruesa», periodo crucial para la producción agroindustrial del país.
A pesar de los llamados del gobierno para que la población continúe con sus actividades cotidianas, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el secretario de Transporte, Franco Mogetta, reconocen que la adhesión al paro es considerable. Se reportaron incidentes en algunas zonas, con ataques a autobuses que intentaban operar.
La imagen del presidente Milei, aunque mantiene cierta estabilidad en las encuestas, enfrenta críticas por las consecuencias sociales del ajuste. A medida que persisten las medidas de austeridad, crece la incertidumbre sobre el sostenimiento del apoyo popular al gobierno.
La segunda huelga general en Argentina refleja el malestar y la resistencia de diversos sectores sociales ante las políticas de ajuste impulsadas por el presidente Milei, señalando un desafío significativo para la estabilidad política y económica del país.