WASHINGTON- La Reserva Federal (Fed, Banco Central) estadounidense mantuvo este miércoles sus tasas de interés de referencia entre 5,25% y 5,50%, el nivel más alto en más de dos décadas, pero su presidente, Jerome Powell, tranquilizó al mercado al desechar la posiblidad de una nueva subida.
Luego de dos días de reunión de su Comité de Política Monetaria (FOMC), la Fed destacó la «ausencia de avances» hacia su objetivo de inflación del 2% anual, en un contexto de repunte de los precios al consumo, algo que economistas conservadores e independientes advierten desde principios de 2023 mientras contradicen las actuales cifras decrecientes de inflación que ha dado el gobierno de Joe Biden en los últimos 14 meses.
Si bien Powell sostuvo que hará falta «más tiempo del esperado» para confiar en un descenso de la inflación en Estados Unidos, aseguró que es «poco probable» que haya una nueva subida de tasas. Pero algo similar dijo junto a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, durante la escalada de precios entre 2021 y 2022, cuando recalcó que la inflación era temporal y no había motivos para preocuparse. Un año después, los niveles inflacionarios llegaron al 9,1%, la peor en casi cinco décadas, y algunos expertos consideraron que la cifra fue mucho más alta que la que dijo el gobierno.
En conferencia de prensa, Powell indicó «poco probable que el próximo movimiento de las tasas sea al alza», ya que la política monetaria es «suficientemente restrictiva» en el largo plazo. Sin embargo, la situación pudiera cambiar.
Wall Street, que se mantuvo dubitativa toda la jornada, se disparó tras las palabras de Powell, para luego cerrar dispar: el índice Dow Jones ganó 0,23%, el tecnológico Nasdaq perdió 0,33% y el S&P 500 cedió 0,34%.
Además, el FOMC señaló que a partir de junio comenzará a reducir de forma más lenta su volumen de activos en cartera, un movimiento que anuncia un posible comienzo de flexibilización de la política monetaria. Algunos analistas no le ven así y afirman que forma parte de una campaña de presión de inversores, Wall Street y la gran prensa de izquierda en EEUU.
La Fed aumentó sus tenencias durante la pandemia de COVID-19, y compró para inundar el mercado de liquidez y sostener la economía. Luego, a medida que aumentaba sus tasas de interés, comenzó a deshacerse de bonos del Tesoro, retirando así dinero del mercado.
Mantener las tasas altas supone desalentar el crédito que alimenta el consumo y la inversión. En general, cualquier movimiento que reduzca la liquidez en la economía tiende a frenar las subidas de precios.
Expectativa contra realidad
Hasta hace poco, los mercados tenían la expectativa de ver una reducción de las tasas de interés a partir de junio. Ahora apuntan más bien a septiembre o incluso noviembre, según la información recabada por CME Group.
Queda por ver, si los datos reales llegan finalmente a la Oficina Oval y no los que engendran más dudas que credibilidad. Más de un 60% de los estadounidenses apenas puede llegar a fin de mes, como resultado de las políticas económicas desastrosas implementadas desde que Biden se sentó en la Oficina Oval de la Casa Blanca, entre ellas la guerra inicial contra las petroleras estadoundienses por la búsqueda de una «transición ficticia» hacia las energías supuestamente «limpias».
«El momento de la primera disminución de tasas dependerá de una moderación duradera de la inflación», destacó Nancy Vanden Houten, economista de Oxford Economics.
El mensaje es que «los recortes de tasas se postergan, no se anulan», remarcó Kirshna Guha, economista de Evercore, una asesoría de inversiones.
El primer trimestre de 2024 mostró supuestamente lo que la Fed esperaba desde que comenzó a subir sus tasas hace dos años: una moderación del crecimiento del PIB estadounidense, de acuerdo con los datos de la administración Biden.
En la realidad, esa moderación viene desde principios de 2023 mientras los consumidores han visto cómo siguen en ascenso los precios de la canasta básica, sin dar crédito a la reducción de la inflación de la que habla la Reserva Federal y los grandes medios de prensa de izquierda en EEUU.
El crecimiento de la economía estadounidense fue más débil de lo previsto en el primer trimestre, de 1,6%, frente al 3,4% del cuarto trimestre de 2023, según la primera estimación del Departamento de Comercio difundida en la última semana de abril.
Los analistas esperaban un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 2,2% entre enero y marzo, según el consenso de Market Watch.
En la comparación con el último trimestre de 2023, la economía se expandió apenas 0,4% en el primer trimestre del año.
Pero la inflación «ha tenido un repunte» en los últimos meses. Economistas afirman que no existe tal repunte, sino que los precios nunca han caído en la manera a la que se refiere el Banco Central.
En el índice de inflación, el IPC de precios al consumo, «registró» el mes pasado un 3,5% en 12 meses, un dato del que discrepan economistas independientes.
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