Tal como lo habían anticipado las encuestas, aunque muchos medios trataron de que no ocurriera, con un lápiz y un papel, sin violencia, José Antonio Kast, candidato del Frente Social Cristiano, ganó en la primera vuelta presidencial y el segundo lugar lo obtuvo el candidato de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric. Candidato apoyado por el Partido Comunista.
La diferencia de 2 puntos o un poco más a favor de Kast, es muy baja, y pocos le daban algún chance un par de meses atrás. Con calculadora en mano comienzan a sacar sumas y restas para ver cómo lograr el 50 + 1 en la segunda vuelta.
José Antonio Kast, en un discurso muy emotivo llamó a la unidad en la centroderecha y derecha, hasta la democracia cristiana y el centro, con humildad y grandeza para asumir el desafío de convertirse en el próximo presidente de Chile. Los gestos son relevantes y lo realizado por Kast al renunciar a la presidencia del Partido Republicano, busca abrir la puerta a muchos y muestra vocación de mayoría.
Gabriel Boric, por su parte, acusó el golpe, él era el favorito y perdió, el mensaje de Boric busca convocar solo a la izquierda, tiene un gran problema, el Partido Comunista no le permite moderarse, son ellos quienes manejan el tono de Boric.
Y si bien en toda segunda vuelta hay que buscar nuevas alianzas para alcanzar la mayoría, cuando Kast modera su discurso y busca el centro sigue ganando votos y creciendo. Y Boric, cada vez que trata de hacer un guiño al centro es llamado de inmediato al orden por el Partido Comunista y la izquierda más dura.
Boric tiene un problema de fondo, no puede moderarse, si lo hace perderá su voto duro y los respaldos suficientes. Si no se modera, claramente va a perder, no le alcanza para lograr el 50 % + 1.