La dictadura chavista comienza a transitar una etapa terminal. Lamentablemente, esto no quiere decir que se esté por ir del poder necesariamente. Pero sí marca el fin de una era. Ya no es considerada una democracia problemática, con un gobierno de alguna supuesta legitimidad democrática, como manifestaban los más afines. Ya se ha convertido en una dictadura para todos los países de la región. Incluso para los gobiernos de izquierda, que hasta hace unos minutos se hacían la vista gorda ante todas las tropelías del régimen para mantener el poder.
La proscripción de María Corina Machado, así como también la de su candidata, Corina Yoris, hizo que Gustavo Petro, Lula da Silva y José Mujica le terminen soltando la mano a la dictadura. Es que las contradicciones fueron tan lejos, que hasta ellos terminaron quedando en “off side“, por avalar las últimas maniobras que buscaban tapar lo inocultable: que cualquier elección medianamente libre la pierden por paliza.
Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional del régimen, les dijo al expresidente uruguayo y a los mandatarios de Colombia y Brasil, “que se metan sus opiniones por donde les quepan”. ¿Sus argumentos? Los de siempre: los supuestos atentados imaginarios contra Nicolás Maduro que los aliados ni mencionan y la supuesta “soberanía venezolana”, como si fuera excusa para el mantenimiento de una dictadura que ya lleva un cuarto de siglo en Miraflores.
¿Qué dijeron los “exaliados” para que se enoje Rodríguez? Por el lado de Mujica, las críticas fueron lapidarias. Calificó al chavismo de “régimen porfiado con la venda puesta”. Para el expresidente de Uruguay, Maduro “no respeta las leyes elementales de la democracia” ni “a los que piensan distinto”. “Precisamos libertad para discrepar”, señaló.
Por el lado de Colombia hubo un comunicado oficial de la Cancillería, donde se expresó “preocupación por las dificultades que enfrentaron sectores mayoritarios de la oposición” al momento de la inscripción de las candidaturas. También solicitaron “un proceso electoral presidencial libre, justo y competitivo”, respetando el acuerdo de Barbados.
Lula, que había acompañado al chavismo hasta el momento de la proscripción de Machado, pidiendo que ella escogiera otra candidata, tal cual hizo él en Brasil cuando estaba impedido de participar, ya no pudo justificar más a Maduro. En una presentación con la prensa manifestó que fue “grave” que Corina Yoris no haya podido presentarse. “No tiene explicación jurídica ni política”.
En la última semana, Maduro ya había cuestionado a sus exaliados a los que denominó como representantes de “una izquierda cobarde”. También les achacó que no lo respaldaron ante el supuesto intento de magnicidio.
El aislamiento en la región ha sido el primer precio que el chavismo pagó para buscar quedarse más tiempo en el poder. Veremos cómo sigue la historia, de lo que hoy ya es considerado una dictadura por casi todo el mundo.