Luego de las duras críticas de Javier Milei al pasado guerrillero de Gustavo Petro y la exagerada reacción de la Cancillería al respecto, finalmente hubo paños fríos y ambos países dieron por terminada la cuestión. Vale recordar que Colombia había llamado a su embajador, que está por retornar ya a Buenos Aires en cualquier momento.
Mediante un comunicado conjunto, los dos ministerios de Relaciones Exteriores confirmaron que recibieron “precisas instrucciones de los presidentes de ambas naciones” para desactivar el conflicto y “afianzar las relaciones diplomáticas, acorde con las tradiciones de fraternidad, civilidad y los vínculos entre ambos pueblos, en los planos políticos, comercial, cultural e institucional”.
Por el lado de Colombia se asegura que Camilo Romero regresará a Buenos Aires para retomar sus funciones diplomáticas como embajador. También se confirma “el beneplácito” para recibir al representante propuesto por el gobierno argentino, para cumplir funciones en Bogotá.
En el informe de prensa también hay novedades del gobierno argentino: la canciller Diana Mondino estará visitando Colombia a la brevedad.
Las cancillerías cerraron el parte de prensa recordando que hay diásporas de Argentina y Colombia viviendo en los dos países. “Estudiantes, trabajadores, empresarios y las familias han construido esta relación y son su soporte principal. Ambos gobiernos seguiremos trabajando por el bienestar de estas poblaciones”, indica la gacetilla compartida en las redes sociales.
“A pocos días de cumplirse el 201 aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas, la República Argentina y la República de Colombia ratifican la importancia de mantener buenas relaciones y sostienen su voluntad de estrechar los lazos que unen a ambas naciones”.
Más allá de las notorias diferencias entre Milei y Petro, el fraude que intenta perpetuar Nicolás Maduro en Venezuela, proscribiendo a la verdadera oposición al régimen, puede que sea al menos un punto de encuentro entre ambos, en materia de la política regional.
La burda maniobra del régimen chavista hizo que la semana pasada la cancillería colombiana exprese su “preocupación por las dificultades que enfrentaron sectores mayoritarios de la oposición” para registrar a sus candidatos. El gobierno de Petro también solicitó un “proceso electoral presidencial libre, justo y competitivo”, lo que fue motivo de duras críticas en Miraflores.